las manchas que recuerdo

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-de nuevo aquí chico ya estoy comenzando a aburrirme e tus visitas tan seguidas-sentado en su silla tomando sus nudillos me lo diría

- y yo de su corbata de leopardo señor-con una mueca de burla le dije mientras su expresión cambiaba para ser más seria

-no es de un leopardo es de un jaguar, se ve que no sabes ni diferenciar eso niño, bien tengo que hablar sobre un tema contigo si bien tu eres el alumno que más me ha causado problemas en toda mi carrera como director, si bien ya no sé qué hacer contigo, mi deber es que te gradúes...

-cosa imposible señor- interrumpiendo y tirando una carcajada el me vería con un ceño fruncido así como con ojos que no dudarían en matarme

-cállate sí que estoy tratando en ayudarte si bien yo no puedo pasarte todas tus materias puedo hacer que agás trabajos extras para que puedas pasar- esos trabajos extras en si eran para ser el jardinero de la preparatoria los fines de semana en si una pérdida del tiempo

-si bien sé que para ti es una pérdida de tiempo para mi es algo que me servirá para deshacerme de ti, ahora voy asignarte una persona que es la nueva encargada de los trabajos extra vendrás los sábados por las mañanas y los domingos por las noches con esta persona.

-¿no tengo otra opción?

- no- con voz firme contesto- así mismo me pediría que llegara el siguiente sábado para encontrarme con la persona que me capacitaría, esa fue si bien la última vez que vi a ese director con esa peculiar corbata amarilla con puntos negros...

El animal se levantaría de mis rodillas y viéndome a los ojos, sentiría como si me digiera que lo acompañara, y yo impelente sentí la necesidad de seguirlo me llevo hacia el lugar donde parecía que las montañas chocaban.

-concéntrate y simplemente comienza a caminar- un susurro se escuchó en el aire, voltee a ver a el pequeño animal el cual solo tenía la lengua de fuera.

Cierro mis ojo, el ruido se detiene no puedo escuchar el sonido de las montañas chocando, doy un paso adelante con miedo a ser aplastado pero no pasa nada sigo caminado con pasos precisos, es como si incluso la brisa del aire se hubiese detenido, seguí caminando y decidí abrir un poco los ojos y ver donde estaba.

Estoy entre las montañas están detenidas, veo ataras y no hay nada y si veo adelante se ve oscuro como si ninguna luz iluminara ese lugar. Sentí que mi brazo había sido tocado como si algo frio me hubiese rosado, al aclarar mas mi vista pude ver un brazo que salía de la montaña pero sin darme cuenta comencé a ver demasiado y no solo brazos si no piernas, cabezas y cuerpos completos que habían quedado aplastados en este lugar.

-¿Qué mierda es este lugar saquen me dé aquí?¡¡¡¡¡¡

Corrí hacia atrás par a volver con el jaguar pero al llegar hacia la salida una silueta me detuvo y me tomo del hombre, esta vez debes seguir hijo y no veas atrás, una corbata amarilla brillaba en el sol y con ella unos puntos negros.

-perdóneme por lo que paso de verdad y yo y oo yo no pude hacer nada señor- con lágrimas en los ojos y abrazado a esa persona me di cuenta que era el director..

-se que no pudiste hacer nada pero ahora es hora de que sigas y puedas saber que te disculpo por todo sigue adelante y busca la felicidad que todos encontramos- el me empujaría hacia la parte oscura del otro lado de la salida de la pequeña abertura que había entre esas dos montañas.

-no quiero ir señor ya no puedo de verdad esto, yo no se dónde estoy en realidad solo quiero salir de aquí verla otra vez.

-y la veraz te lo aseguro sigue adelante- me empujaría hasta la parte oscura de la ranura e intentando luchar pude ver ataras como una cabeza gigantesca se asomaba en la entrada, por más que empujara el director parecía no parar hasta legar al momento en el que llegue a un lugar sin luz donde el piso se estaba acabando y sin pensarlo me dejo caer al vacío y a la obscuridad de nuevo...

MictlanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora