Capítulo 4

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Desperté lentamente sintiendo algo lamer mi mejilla. Escudriñe tras las ocho merecidas horas de sueño y vi a Pipo lamiéndole la mejilla, significaba que tenia hambre. Me di la vuelta y vi a Tom acurrucado contra mi, la camisa están dando de de si y pude ver cómo la piel se le amoldaba bien a la clavículas. Sus mejillas estaban rojas y hacían remarcables sus pecas. Me quedé observándole un rato. Me levanté y le di de comer al pobre cachorro y decidí hacer algo de comer. Empecé a preparar unos huevos con bacon y salchichas y hice una pequeña tortilla. Se me daba muy bien cocinar, las recetas que seguía eran las más deliciosas, hechas por una gran chef de fama mundial... bueno aunque ya no lo es tanto después de el accidente. Sigo echando de menos a mamá.

Al cabo de un rato Tom se despertó por el olor, se acerco hacia mi y me puso su cabeza en mi hombro, rozándome el cuello contra su mejilla, me rodeo con los brazos hasta apoyarse contra la mesa.

— ¿Qué haces?

— Co-cocinar. —Mi voz salió como la maldita voz de una colegiala a la que el chico que le gusta le ha tocado el muslo. Carraspee con fuerza.— Cocinar. —mi voz salió ronca. —Estoy haciendo el desayuno. Huevo... salchichas... tor-tortilla... —La respiración de Tom me acariciaba dulcemente el cuello y mi tono de machito mañanero volvió a aflojarse.

— Delicioso... —Se lamió los labios de una manera algo excitante... —No tenías por qué.— Y volvió ha hacer esa sonrisa tan grande.

Se apartó y se quedó al lado mio. Dejándome suficiente espacio para hacer mis cosas.

— ¿Puedo ayudarte a poner la mesa? Me sabe mal no ayudar. Pero la verdad es que no se no hace un huevo en condiciones.

Le dije que si y le indiqué donde estaban las cosas.— ¿Donde estará el trapo? —Levanté la mirada hacia uno de los muebles y lo encontré en una pila de boles. Apenas llegaba me subí a un taburete algo alto y me puse de puntillas para alcanzar el trozo de tela con la yema de los dedos. Tiré de trapito y ¡pluf! La cima de boles y otras cosas se desmoronó.

Dí un chillido al ver que me estaba cayendo hacia atrás.

Simplemente esperé el duro golpe seguido de los utensilios cayéndose, pero no pasó nada. Abrí los ojos y vi a Tom agarrándome de la cintura con una mano y con la otra sujetándome por la cabeza.

— ¡¿Alan estás bien ?! ¿¡Te has hecho daño!? —Tom tenía los ojos como platos. Incluso parecía más asustado que yo.

— Creo que si... Gracias.

— ¡No me des ésos sustos! ¡Imagínate si te hubieras dado con el borde de la mesa, te hubieras quedado tonto o peor!

— Bueno, no tan tonto como tú, lanzándote para rescatarme como en una escena de princesas en apuros.. puf...Jajaja... -me empecé a reír y Tom me siguió después.

— A su servicios my lady... —Hizo una pequeña reverencia.

— Bueno ya me puedes soltar. —Sonreí

Tom— ¿Y si no quiero? —Me levanto en brazos y me llevó corriendo hasta la sala.

Alan— ¿Qué haces? —Miré su cara y se asomó un leve risilla.— ¡Tom no, no,no....! —Empezó a dar vueltas rápidamente haciendo que me mareara.

— jajajaja claro que si... —Popi empezó a dar ladridos y a menear su pequeña cola.— Cuidado mi princesa un dragón quiere comérsela... —Dijo refiriéndose a el pequeño cachorro.

— Jajaja Tom bájame, me estoy mareando... me hace cosquillas en la tripa...  —dije mientras me reía.

— Si usted lo desea... jajajaja...- Me tiró hacia la cama pero yo me sostuve a su cuello, y caímos los dos hacia la cama. Me quedé debajo de él y él con las manos a ambos lados de mi cabeza. Mi rodilla rozaba levemente su bueno... su... miembro... Nos apartamos y noté que Tom se ponía casi del mismo color que el de su cabello. Le acaricié el pelo mientras le decía:

— Vamos a comer.

— Sí —me sonrió todavía un poco ruborizado.


Desayunamos sin mucho más que decir, todavía percibía el rubor en los pómulos de Tom. Su piel es muy clara, es como ponerle a una cáscara de huevo dos puntos rojos. Son idénticos. Pensándolo bien, puedo asociar a Tom con muchísimas comidas. El plato estrella siempre será la zanahoria. Algunas veces me llega a dar envidia, tan alto, con facciones tan distinguidas, saliendo siempre del promedio, robando la mirada de todos. Luego están los que no tienen nada a remarcar, absolutamente nada, ningún gen extraordinario, ni miradas sofocantes, cuerpos fornidos o esbeltos... entre esos estoy yo. Podría remarcar mis lunares, pero tampoco son gran cosa, son simples puntos por a saber que cosa que la verdad no me importa mucho, la otra opción podría ser lo agujereada que me ha quedado la cara tras dos meses pareciendo una pizza de pepperoni. En mi orgullo me negué a dejar que mi hermana y su mejor amiga me intentarán ayudar con sus mascarillas caseras, las que habían comprado en la tienda de al lado o los productos de la farmacia. El resultado eran unos cuantos hoyos en mi piel, no muy notorios al menos; por que al menos a mi no me gusta parecer una luna.













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Última actualización: 20 de agosto de 2021

Última actualización: 20 de agosto de 2021

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No se como decirtelo..te quiero(yaoi, BL)+18(En Revisión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora