Salí de mi ataúd con mi respiración agitada y mi vista borrosa, mi armadura estaba llena de tierra y mugre que estaba dentro del ataúd, mi capa estaba rasgada y mi armadura muy gastada y con marcas de numerosas batallas y enfrentamientos.
Mi armadura se veía muy peculiar, tenía un yelmo en forma de punta con una prenda de cuero tapando mi nariz y boca. Tenía una capa roja que casi llegaba hasta el suelo y mi armadura en su mayoría era cuero de color negro que debajo tenía la cota de malla, en mi mano derecha tenía un guante de cuero que llegaba hasta mis codo, y en mi brazo izquierdo tenía un guantelete de metal.
Estaba tirado en el suelo, viendo hacia el cielo gris, aún mi vista estaba borrosa, aún me estaba recuperando de mi repentina resurrección. Cuando me estaba recuperando, escuché una voz masculina grave que se aproximaba a mi.
???: ¡HEY!, ¡HEY!, ¿estas bien compañero?
Me incorporé para ver al sujeto que se aproximaba a mi corriendo. El tenía una armadura tallada en lo que parecía ser piedra, tenía un escudo largo que al igual que su armadura estaba tallado en piedra, y portaba un extraño garrote que parecía estar hecho de metal o algún material parecido.
El se acercó rápidamente y me ayudó a levantarme, aunque el notó que estaba aturdido por algún motivo, por lo cual intento usar un milagro de sanción en mi, para hacer que reaccionara.
???: ¿compañero?, ¿ya me escuchas?
Almir (protagonista): eh?.....que.....¿donde estoy?
???: estás en él cementerio de los no muertos, acabas de salir de un ataúd de piedra, y vaya que estabas muy confundido.
Almir: ¿cementerio?, ¿ataúd?
Voltee a ver a mis alrededores y pude apreciar por fin las numerosas tumbas de piedra y también los ataúdes. En ese momento me puse a pensar y a tratar de recordar cómo es que llegué hasta este sitio y cuál es mi pasado, aunque mis pensamientos fueron interrumpidos por las voz de aquel sujeto.
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Un nuevo campeón (dark souls 3)
مغامرةEn antiguas tierras cuyo nombre de estas es Lorthric, un campeón de la ceniza no muerto, se levantara de su tumba para enlazar la primera llama.