¡Soy chico! 《YAOI》《Riren》

《27》

Eren ¡NO!
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La vida lo odiaba de una manera tan denigratoria.

Prueba de ello era el hecho de que Petra se encontrase en las afueras de la casa de Eren esperando a por el.

No estaba sola, acompañándola se encontraban tres camionetas negras llenas de personas y no iba a negarlo, para su mala suerte conocía a cada uno de los individuos que se encontraban dentro de aquellos vehículos.

No se suponía que las cosas terminaran asi, lo único que había querido hacer era solucionar los malentendidos con la persona mas importante en su vida, por que si, Eren se había convertido en eso.

Mikasa y Hanji lo habían interrogado hace unas cuantas horas y le prohibieron salir.

Ellas habían asegurado que saldrían de ese problema.

Levi no se quedaba atrás, no dejaría que nada malo le pase a Eren

De fondo aun podía escuchar a dos mujeres obviamente molestas la una con la otra, elevando la voz en una que otra ocasión, se notaba a kilómetros el disgusto que poseían. Por el rabillo del ojo, Levi se digno a observar la escena, Mikasa negó con la cabeza y cruzada de brazos volvió a explicar que el barrio donde se encontraban era un tanto peligroso, Por lo tanto si no se llamaba a la policía no existiría otra salida, Por otro lado Hanji se negaba a exponer a su hermano menor, después de todo una vez ya se había salvado de ir a la cárcel de por vida.

  — Estoy completamente segura de que las personas afuera tienen armas  —Mikasa hablo.

  Hanji se tiró al sofá del hall y observo detenidamente por la ventana poco después regresó su vista al azabache menor.

  — ¿Que quería Farlan de ti? 

  —  Antes quería que fuera su sucesor y que prácticamente liderará a todos sus subordinados, Ahora probablemente quiera darme un buen disparo en la cabeza.

Sin decir ni una sola palabra Mikasa desapareció adentrándose al cuarto donde se encontraba su sobrino.

Levi se acercó a Hanji y dirigió la vista justo donde la tenía puesta su castaña hermana. Entonces de la cabina de uno de los vehículos bajó un hombre de cabellos castaños tirando a rubios, Alto, de cuerpo fuerte y con un semblante intimidador, fruncía ligeramente el ceño mientras decía algo a los jóvenes tras el. Levi finalmente pudo reconocerle cuando sus miradas chocaron por escasos segundos, Farlan Chruch sonrió ladinamente y llamo a alguien que se encontraba dentro del auto, Petra Rall asomó por la ventana y tambien le dedico una descarada sonrísa.

Su teléfono vibro incando la llegada de un nuevo mensaje.

Numero Desconocido

— Que casualidad ¿No?

Levi agarro con fuerza su móvil, sabia perfectamente quien había mandando ese mensaje, pues el emisor estaba a unos cuantos metro de el, sonriendole como si no hubiera un mañana.

Levi

— No puedes llamarle casualidad cuando me has buscado por mar y tierra.

Numero Desconocido

— Tambien te extrañe Levi.
¿Sabes? No nos hagamos tantos líos,
Lo único que tienes que hacer es venir a mi y nadie saldrá lastimado.