- Pues es una pena.
Justin contuvo el aliento.
- ¿Te gustaría eso?
- ¿Que si me gustaría producirte tanto deseo como para arrancarme del lomo de un caballo y hacerme el amor en el suelo? Por supuesto que sí. Pero como tú has dicho, sólo era un sueño. En la vida real...
- En la vida real te deseo más que eso.
Ella dio un respingo.
- ¿De verdad?
Justin alzó una mano temblorosa hasta su mejilla y la acarició.
- En la vida real, deseo arrancarte ese vestido ahora mismo. Pero no lo haré. No sería justo para ti.
- ¡Pues claro que seria justo!
Justin lanzó una carcajada nerviosa.
- No, no lo sería.
- Pero reprimirte no sería justo para ti.
Justin deslizó la mano por la parte trasera de su cuello con una suave caricia.
- La justicia no tiene nada que ver con todo esto. Nunca imaginé poder estar así echado a tu lado. Es como conseguir un regalo que no has tenido el sentido de saber que deseabas - le rozó un tirante del vestido-. ¿Qué te ha hecho ponerte esto esta anoche?
- Me pareció adecuado.
- Lo es -murmuró él antes de buscar sus labios y besarla hasta llevarla al límite.
_____ no se había dado cuenta de que Justin había empezado a desabrocharle el vestido hasta que la tela se aflojó sobre sus senos y él se retiró un poco acabando el beso. Entonces, abrió los ojos. La cara de Justin estaba en sombras, pero podía notar su pecho agitado mientras le bajaba la cremallera del todo.
- Párame cuando quieras.
- No quiero pararte.
El corazón le palpitaba como si se le fuera a salir del pecho.
- Quiero que sepas que puedes -deslizó con cuidado un tirante entre sus dedos arrastrando el vestido hasta exponer sus senos. Entonces se quedó sin aliento-. ¡Oh, _____!
La tendió de espaldas con suavidad y le bajó el vestido hasta la cintura. Entonces lanzó un gemido y sacudió la cabeza.
- ¿En qué estás pensando?
- En que eres más bonita que en mi sueño. Y has estado ahí todo el tiempo...
A ella se le secó la boca de deseo.
- Toda tapada.
- Sí. Maldición. Todos estos años...
- ¿No vas a... tocarme?
- Estoy fascinado sólo con mirarte.
Pero por fin dibujó la aureola de su pezón haciendo que se erizara aún más antes de abarcarlo con tanta ternura y cuidado como si fuera una porcelana preciosa. A _____ le encantó que la tratara así, pero deseaba más. Quizá necesitara demostrárselo. Se arqueó hacia delante llenando su palma con el seno.
- ¡Ah, _____!
Inspirando jadeante, Justin bajó la cabeza y se metió el pezón en la boca.
Sí. _____ le atrajo la cabeza y se alzó hacia su caricia. Oh, sí. Aquella era la caricia por la que había estado esperando, el movimiento de su lengua, la punta de su lengua, la suave presión al chupar que le encendía aquel sensible punto entre las piernas. Sin ninguna vergüenza, le ofreció el otro pecho y él le dedicó la misma atención amorosa que al primero mientras seguía tocándolo.
" El que busca la verdad corre el riesgo de encontrarla"