- Podemos probar el hielo en otra ocasión -susurró ella.
- Seguro -dijo abrazándola sin energía más que para respirar.
_____ nunca había visto a Justin tan rígido salvo cuando le había dado un golpe de calor después de haber montado todo un día a caballo sin sombrero. Normalmente estaba cargado de energía y ahora permanecía inerte en sus brazos. Por otra parte, la experiencia de amar a Justin la había excitado de nuevo. Por fin había experimentado cosas que hasta el momento sólo había leído y sentía que se había abierto un nuevo mundo ante ella. Estaba lista... para más.
Miró entonces su cara relajada.
- Justin, ¿te he hecho daño?
Él esbozó una débil sonrisa.
- En absoluto.
_____ le acarició el pelo de la frente.
- Estás muy quieto.
- Tus libros deberían explicarte por qué.
- ¿Ha sido tan bueno?
- Sí, _____, lo ha sido.
- Me alegro -sonrió en la oscuridad-. Me estaba preguntando si lo había hecho bien.
- Extremadamente bien.
- Estupendo -se cambió de postura-. ¿Te molesta si te beso de nuevo?
- ¿Dónde?
Justin abrió los ojos de golpe.
- En la boca. ¿Dónde pensabas?
- No estaba seguro. Para ser virgen, tienes unas ideas sorprendentes.
Ella frotó los labios contra los de él.
- Me lo tomaré como un cumplido.
- Lo era.
_____ posó sus labios sobre los de él jugando con su lengua. Al principio, la respuesta de Justin fue perezosa, pero gradualmente el ritmo de su respiración aumentó. Mientras la temperatura del beso pasaba de cálida a ardiente, él le abarcó un seno frotándolo con dedos seguros. A _____ le palpitó el cuerpo y gimió apretándose contra su virilidad.
Justin apartó la boca un poco.
- ¡Oh, _____! Me estoy poniendo duro de nuevo.
Ella bajó la mano.
- Déjame...
- No -le atrapó la mano para detenerla-. Tenemos que parar. Pensé que estaba tan saciado que podía juguetear sin excitarme demasiado, pero me he equivocado. No confío en mí mismo si empezamos de nuevo.
A ella se le tensó el cuerpo de anticipación.
- ¿Me poseerías?
- Hay muchas posibilidades -alcanzó el tirante de su vestido-. Vamos a poner esto en su sitio.
_____ apenas podía creer que fuera ella la que hiciera una sugerencia tan descarada, pero no quería que aquella noche terminara nunca.
- Estoy segura de que tendrás preservativos en casa. ¿Por qué no me llevas a casa, vas a buscarlos y vuelves?
Él se detuvo en el acto de cubrirle los senos.
- Verás, yo también te deseo -murmuró ella. Justin se estremeció y estrujó la tela en la mano-. Y queda mucho tiempo antes de que amanezca.
Él lanzó un largo suspiro y buscó la cremallera de su vestido.
- Probablemente sea una estupidez, pero prefiero ajustarme a lo que habíamos quedado. Sólo tendrás la experiencia de perder la virginidad una vez en la vida y quiero que sea muy especial.
- Podríamos hacerlo especial esta noche
"Las cosas sólo dejan de existir cuando se deja de creer en ellas. "