Limerencia IV

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–¡¿Te crees que soy un jodido relajo?!– sintió los casilleros chocar duro contra su espalda.

Quizás el haber pedido ese dinero prestado no había sido lo más inteligente.

Pero Ji Eun de verdad quería ese anillo y la felicidad en su rostro cuando se lo había entregado...

Había valido cada maldito golpe que había recibido.

–Quiero mi dinero devuelta Kim– el alto Alfa que tenía por verdugo lo tenía agarrado del cuello de su camisa, lo miraba con los ojos rojos debido a la ira y sus acompañantes tampoco lucían muy felices –Te dije quince días, ni más ni menos–

–Choi, dame una semana más, te regre...– pero antes de que pudiera seguir hablando otro puño había aterrizado en su rostro, partiendo su labio el cual había empezado a sangrar.

–¡¿Una semana?! ¡¿Me estas jodiendo?!– gritó en su rostro antes de zarandearlo una vez más contra los casilleros –¡Eso no era parte del trato imbécil!–

Jonghyun cerró los ojos cuando el más alto alzó su puño para golpearlo una vez más. No era que no pudiera defenderse, porque obviamente podía derrotar a Choi Minho si se lo proponía, pero prefería evitar más problemas con el hijo del director, después de todo el había sido quien no cumplió su parte del acuerdo.

Pero se extrañó cuando duró un momento con los ojos cerrados y no sintió ningún golpe.

Y cuando los abrió...

Realmente no se esperaba lo que divisaron sus ojos.

Ahí estaba el puño de su agresor, casi impactando con su rostro, pero siendo detenido por...

Increíble.

–¡Por favor, ya no lo golpees!– dijo el rubio intentado con todas sus fuerzas que el puño no llegara nuevamente al rostro de Jonghyun.

Minho frunció el ceño al sentir al pequeño parásito con olor dulce que se colgaba de su brazo.

Sin mucho esfuerzo arrojó a Kim al suelo y el Omega no duró ni dos segundos para soltar el brazo de Minho y correr hacia donde había tirado Jonghyun, poniéndose rápidamente al frente intentando protegerlo.

Minho lo miró sorprendido al principio, pero luego una sonrisa socarrona apareció en sus labios.

–¿Pero que es esto?– preguntó con burla.

Jonghyun intentó levantarse del piso y quitar a Kibum del medio, ¿Que creía que hacía ese Omega estúpido? Pero sus piernas fallaron por los golpes recibidos y volvió a caer al piso, maldiciendo mentalmente.

–Vamos a ver, patito feo– empezó el verdugo –¿Por que un renacuajo como tú quisiera defender a ese idiota?–

Kibum rápidamente desvió la mirada. Sonrojándose sin poder evitarlo.

Entonces la carcajada de Minho se escuchó por todo aquel desolado pasillo.

–¡Jajajaja No puede ser!– esta vez se dirigió a Jonghyun –No me digas que ésta cosa es tu Omega, Kim–

Jonghyun frunció el ceño molesto al escuchar la burla.

Claro que no.

–No seas idiota Choi, yo nunca podría tener de compañero a alguien como él –

Y tan pronto dijo esas palabras su propio corazón sintió una opresión tan grande que casi juro que estaba apunto de parar de latir.

Su Alfa estaba muy enojado con él.

Había rechazado a su compañero en público... y eso era la mayor vergüenza para cualquier Omega.

Disimuladamente miró desde su posición la espalda del rubio que tenía en frente.

No se había movido ni un gramo, estaba extrañamente quieto, como si las palabras que había dicho hacía segundos no lo hubieran afectado en nada.

Hasta que habló.

–No es necesario que sea el Omega de nadie para defender a alguien de quien lo golpea solo para sentirse superior– dijo, su voz sin titubear y sus ojos mirando a Choi fijamente, intentando no demostrar el miedo que tenía al estar en medio de dos Alfas y rodeado de aquellos desconocidos Betas.

Minho elevó una ceja sorprendido.

Y los acompañantes del Alfa agresor también se habían quedado sorprendidos ante la valentía del Omega.

Minho se acercó silenciosamente al rubio, tomándolo del pelo y jalando su cabeza hacia atrás despreocupadamente, sonriendo cuando escuchó un pequeño gemido asustado salir del Omega.

Pero soltó su agarre tan pronto sintió a Jonghyun gruñirle y mostrarle sus colmillos amenazadoramente aún desde el suelo.

Los ojos del Alfa en el suelo también se habían vuelto rojos.

Minho chistó disgustado.

Y así decía ese idiota que el Omega frente a él no era su compañero.

–Eres feo... pero tienes agallas– dijo mirando los ojos del Omega a través de los lentes que portaba –Me gusta– declaró finalmente –Agradece a este niño Kim, tienes una semana más– dijo antes de hacerles señas a su grupo para retirarse –Nos veremos después feito– canturreó para luego desaparecer del pasillo, dejando solos a los otros dos.

Silencio incómodo.

Cuando el Omega finalmente reaccionó, se dirigió hacia su Alfa para ayudarlo a levantarse pero este rápidamente rechazó su ayuda con un fuerte manotazo.

–¿Acaso te pedí que te metieras en mis asuntos?– dijo enojado mientras caminaba cojeando, alejándose del Omega.

Kibum acarició su lastimada mano y se mordió el labio mientras lo observaba irse. Jonghyun ni siquiera lo había volteado a ver una vez.

Cuando ya no pudo divisar al mayor, Kibum reacomodó su mochila en su hombro y emprendió su camino a casa.

"Su Alfa lo había rechazado en público".

Esbozó una sonrisa triste ante el pensamiento.

No era como si no se lo hubiera esperado porque la verdad era que, ya sabía que en cualquier momento pasaría. Y aún así no se desplomó, no gritó, ni lloró como en un principio pensó que lo haría.

Nada.

Simplemente siguió caminando normal.

Aunque por dentro su Omega estaba hecho pedazos.

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