Limerencia X

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Kibum se apartó de la orilla asustado.

Sus ojos conectaron con la persona que lo miraba sorprendido unos metros atrás.

Inmediatamente todo el cuerpo del Omega dejó de responder y se sintió desvanecer cuando el potente olor a tierra húmeda y eucalipto golpeó contra su olfato.

Para un Omega necesitado la presencia de su Alfa era abrumadora.

Pero antes de llegar al suelo sintió los fuertes brazos de Jonghyun tomarlo de la cintura, y por un momento se preguntó ¿Como había hecho el Alfa para llegar hacia él tan rápido?

Jonghyun lo apegó a su pecho y el Omega no pudo evitar marearse más, debido al aroma masculino que ahora estaba aspirando más de cerca.

–Eres un idiota, ¿Qué creías que estabas haciendo?– el rubio escuchó la voz preocupada y ligeramente molesta del Alfa que lo sostenía.

Su corazón latió fuerte, la sola idea de que Jonghyun estaba frente a él, sosteniéndolo para que no cayera hacía que toda esperanza muerta renaciera.

Sonrió por una milésima de segundo.

Solo por una milésima.

Porque sus ojos se volvieron a aguar cuando recordó su realidad.

–No te importa. De hecho, nada de lo que tenga que ver conmigo te importa... me lo has dicho muchas veces– intentó apartarse del mayor bruscamente, pero estaba tan débil que solo logró trastabillear par de pasos provocando que Jonghyun gruñera y lo tomara nuevamente por la cintura. –No me quieres como tu pareja– susurró el menor reteniendo las lágrimas que querían escapar de sus pupilas, dándose por vencido al verse imposibilitado de escapar de los brazos que lo apresaban.

Jonghyun se mordió el labio inferior sintiendo como su Alfa le reprendía nuevamente por haber sido tan terco.

Es cierto, yo...– intentó decir pero supo que no comenzó bien cuando inmediatamente escuchó el jadeo del chico en sus brazos, que empezaba a removerse una vez más.

–Su-suéltame– dijo comenzando un nuevo llanto mientras utilizaba las pocas fuerzas que le quedaban intentando apartarse del mayor.

No entendía. ¿Acaso Jonghyun había venido solo a recordarle lo que ya sabía? ¿A hacerlo sufrir más?

Ya estaba cansado.

–Kibum, no me has dejado terminar...– sin embargo el rubio no escuchaba, y seguía luchando por apartarse de los brazos contrarios, solo consiguiendo marearse más, pues Jonghyun tampoco estaba dispuesto a soltarlo. –Tranquilízate, te estas haciendo daño–

–¡Te odio, ya n-no quiero que me toques!– soltó dolido aún sin dejar de moverse.

Hasta que Jonghyun finalmente se hartó de la situación –Te he dicho que te calmes– demandó utilizando su voz de mando por segunda vez en el día. No la usaba regularmente, ya que no le gustaba someter a ningún género inferior pero justo en ese momento, su lobo estaba a flor de piel... enojado, desesperado y arrepentido.

El Omega de Kibum al escuchar la orden, inmediatamente se tranquilizó, encogiéndose en su lugar antes de acercarse de forma sumisa al pecho de su Alfa y esconder la cabeza allí.

Jonghyun suspiró culpable, acariciando suavemente las hebras de la cabeza en su pecho.

–Perdón, no quería someterte... pero necesito que me escuches– susurró antes de tomar el rostro de su Omega con ambas manos y levantar su mirada hacia él, conectando sus ojos –Es cierto Kibum, no me importabas– con sus pulgares delicadamente limpió las lágrimas que brotaron de los ojos del menor debido a sus palabras –No te quería como mi Omega porque pensé que no eras lo suficiente para mi–

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