Capítulo 27

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Medicine - Daughter



―Listo, ya estás ―Ino acarició su cutis con la brocha de polvos sueltos una ultima vez y la apartó

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―Listo, ya estás ―Ino acarició su cutis con la brocha de polvos sueltos una ultima vez y la apartó. Se alejó un poco y sonrió; Hinata lucía hermosa, casi tan hermosa como solía ser antes de toda esa tragedia que azotó su vida―. Preciosa.

Ella sonrió acariciando la trenza despreocupada con la que su amiga había peinado su cabello.

―No creo que sea necesario que me arregles si ni siquiera saldré de aquí ―susurró mirándose en el espejo. Su flequillo lucía suelto, despreocupado; sus mejillas habían tomado color gracias al rubor que su amiga le aplicó, y sus ojeras ya casi no se notaban. Seguía muy delgada, pero el vestido blanco de encaje con falda suelta le quedaba realmente bien. Se sentía... bonita. Bonita después de tanto tiempo.

―No me importa, quiero que vuelvas a mirarte como lo que eres ―dijo Ino ubicándose tras ella y rociándola con perfume. El olor le borró la sonrisa, era el mismo que Naruto juraba que le encantaba; su fragancia favorita de manzana verde. Todavía lo recordaba con la nariz pegada en su cabello y nuca cuando pasaban la noche juntos.

Suspiró.

―Gracias, Ino ―Nostalgia, solamente era eso.

Conforme los días fueron pasando, ella se fue desinhibiendo más, independizando más. Su reflejo poco a poco fue volviendo a la normalidad y el poder disfrutar de la maternidad como siempre soñó, sin duda la llenó de felicidad. Rápidamente se acostumbró a la presencia de la niñera y del custodio que vigilaba la entrada a pesar de que no estaba muy convencida de la presencia de ambos. No sabía que estaba sucediendo afuera, pero según lo que le dijo Kushina era mejor mantenerla vigilada por seguridad.

A Naruto no lo había vuelto a ver, aunque sabía que pasaba todas las tardes con Boruto. Ella simplemente se alejaba y le permitía a Kushina llevarlo con él. Era el padre de su bebé y sabía que mientras ella estuvo hospitalizada, fue él el que estuvo siempre para su hijo. Recordar todo lo que le había dicho, lo que le había gritado y reclamado, le remordía un poco. Ella sabía que él era una víctima más, pero debía reconocer que no fue eso lo que la terminó de convencer de que juntos jamás podrían estar.

Fue su compromiso con Sakura.

Lo amaba con toda su alma, era el dueño de su corazón, el amor de su vida, pero no podía, por mucho que intentase, volver a su lado. No cuando no estaba segura de si él la amaba, no cuando la posibilidad de que algo semejante volviese a ocurrir existiera. El golpe recibido la había derrumbado, hundido y si volvía a ocurrir, ella no quería estar allí. Desde que supo que iba a ser madre se dio cuenta de que ya no era solo ella, era su bebé también. Era en él en quien debía poner de primero a la hora de tomar decisiones. Naruto estaría por siempre presente en su vida, pero era hora de que ambos comprendieran que, si se ceñían en forzar lo que la vida insistía en mantener separado, sufrirían consecuencias nefastas y no solo sería ese abismo lo que los iba a separar. Le costó demasiado comprenderlo, pero esa era su realidad por mucho que doliera no poder estar con el hombre que amaba.

ANGEL - NaruhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora