Capitulo 4

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Seguí caminando por toda la Iglesia, tratando de sacarme el aburrimiento de encima. Estúpida iglesia, me la sé al revés y al derecho, odio estar en encerrado en este lugar. Seguí explorando el lugar ya conocido. Desde la puerta camine al frente hasta llegar al altar pasando por las largas filas de bancos que habían, después seguí mi recorrido a la derecha donde entre por una puerta, una habitación aburrida. Seguí caminando por los aburridos pasillos, abriendo puertas donde no había absolutamente nada interesante hasta que al pasar por la última puerta llegue al mismo lugar donde estaba el altar solo que termine ahora del lado izquierdo.

-¡Ahg! Me aburro¿Es que no hay nada divertido que hacer aquí? -Digo frustrado extendiendo mis alas y volar cerca del techo.

Paredes pintadas de rojo, largas filas de bancas, el gran altar decorado con oro y esa gran puerta que me separa a mi de mi diversión.

-Ese viejo estúpido, ¿que se cree poniéndome vigilancia?, ¿que me van a poder detener?, aún sin tener todo mi poder aya afuera puedo hacer que este pueblo caiga-digo para mi mismo con una sonrisa ladina mientras comienzo a bajar de las alturas.

-Que no haya salido y no lleve este pueblo a su perdición no se debe a que no pueda, simplemente quiero hacer mi obra de la manera más divertida posible, las mejores cosas siempre son las cosas que tardan más- toco el suelo y me quedó viendo a la puerta.

-Pero creo que una distracción no estaría mal- digo divertido comenzando a caminar a la puerta.

Al llegar a la puerta la trato de empujar levemente pero noto que algo la interrumpe- ¿Hola? ¿Hay alguien ahí?-

Silencio.

-Vamos sé que hay alguien afuera, el padrecito dijo que me pondrían guardias~ -digo con voz delicada y divertida.

-No deberíamos hablarte, maldito demonio- dijo una voz que yo muy bien conocía.

-Vaya, ¿Qué tenemos aquí? Si es Math, hace tiempo que no estabas por aquí.- Digo divertido y con una sonrisa ladina- ¿Y tu compañero?

-Tenía que ir a su casa a por algo así que yo lo cubro y ya deja de hablarme-dice con una voz molesta haciendo que mi sonrisa se amplíe.

- ¿Callarme?- Digo lascivo relamiéndome el labio. Vamos, si te hice caer más de ocho veces, claro que una novena no faltará.- Querido, sabes lo último que puedo hacer contigo es callarme- Digo con voz seductora pegándome más a la puerta-

-No sé de que rayos me hablas- Dice con un tono algo nervioso haciéndome reír levemente- Tú y yo solo somos preso y guardia, no confundas las cosas. Ni siquiera debería estar hablando con un ser impuro como tú, Mi único trabajo es dejarte encerrado y  cuidar de que no esc-

-¿Cuidar de que no escape de aquí? -Completo la frase divertido- Si, si ya lo sé.- Digo sin darle mucha importancia y lo escucho gruñir algo fastidiado.

Si claro ''Escapar'' , yo tengo el poder suficiente para salir cuando quiera pero si quiere llamarlo ''escapar'' no hay problema, no quiero perder mi tiempo explicando algo bastante obvio a alguien que no se da cuenta de nada. Este pueblo esta lleno de estúpidos ciegos.

-Los dos sabemos que no has cumplido bien tu trabajo- Digo con tono de burla- ¿O me vas a afirmar que siempre me has logrado mantener aquí?, Un lugar donde supuestamente yo no puedo salir y de que tú ''supuestamente'' no puedes entrar? -Digo cruzándome de brazos con una sonrisa de victoria.

No me responde, solo escucho levemente lo que parece ser una maldición, perfecto,- Vamos, ¿Acaso no te acuerdas cómo me hacías decir cuando literalmente me embestías contra las bancas? Ah.. Math, tan bueno... más.. - digo gimiendo lo suficientemente fuerte para que me escuche- Me encanta..Más...

¡Oh dulce pecado~!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora