Capítulo 4

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Me mantengo allí, sentado en aquel tren con la mirada fija hacia la puerta del mismo. ¿Quién era ese chico? Estoy seguro que lo he visto en alguna otra parte, ¿Por qué estoy llorando? No lo sé, al verlo me había entrado una gran felicidad, pero al mismo tiempo me había inmovilizado ¿Por qué? He visto que él también estaba llorando ¿quién eres chico desconocido?

Miro hacia el techo del tren, haciéndome la misma pregunta de siempre: ¿Por qué?

Una luz roja y brillante comienza a hacerse visible en mi mano, miro hacia allí y me doy cuenta que se trata del hilo, regresó pero... ¿por qué? En esos minutos que estuve procesando la respuesta había demorado en llegar, tal vez porque mi mente seguía divagando en el rostro del chico al que vi minutos atrás.

¿Y si...? No puede ser. Me levanto rápidamente del asiento y me bajo en la primera parada que hace el tren desde que estoy allí. Mi corazón se encuentra realmente acelerado, me estoy basando en una hipótesis, pero si es cierta, no dejaré perder la oportunidad.

El hilo desaparecía cuanto más me acercaba a la persona que tiene la otra parte del mismo, volvería a esa fiesta y encontraría a esa persona, pero... ¿cómo diferenciarla de las demás? Podía perfectamente encontrarme con esa persona y no reconocerla por el simple hecho de no poder ver el hilo.

Espero unos minutos hasta que pasa el tren del lado contrario y me lo subo al mismo. Suspiro pensando en qué haría, no podía simplemente entrar a la fiesta. Necesitaba un plan, pero ¿cuál? A penas sé solamente eso del hilo, y no estoy totalmente seguro del mismo, tal vez solo se había desvanecido porque sí y apareció ahora porque... no sé.

No pasa mucho para poder bajarme del tren y correr de nuevo hacia la fiesta, está la posibilidad de que esa persona continúe allí, y cuando entro, lo compruebo con mis propios ojos. El hilo desaparece por completo, no está más, esa persona debe estar cerca.

Camino hacia la cocina de la fiesta moviéndome entre la multitud, y cuando lleguo a la misma, me doy cuenta que nestán Hiroshi y Midori. Mi corazón por alguna razón se encuentra completamente acelerado, y aunque estoy buscando en aquel lugar a la persona que tiene la otra parte del hilo, mi mente devaga en el rostro del chico del metro.

—¿Takeshi? —Pregunta alguien a mis espaldas, es una voz femenina, y no la de Midori.

Giro sobre mis talones y veo una chica que a decir verdad es bastante linda, trae puesto un vestido que llega hasta el mismo lugar que el de Midori, su cabello está suelto y puesto en uno de sus hombros.

—Sí, ¿y tú eres...? —Pregunto tratando de no ofenderla por no reconocerla, ella en cambio me sonríe.

—Tranquilo, no me conoces, mi nombre es Natsuki, es un placer —Dice aún con la sonrisa en su rostro—. Si estas buscando a Midori ella se irá con nosotros, mi mejor amigo no se siente bien, la llevaré a su casa en mi auto y luego iré a llevar a mi amigo a su casa.

—Tranquila, no vengo a buscarla a ella, si es mejor ni le digas que vine, por favor —Pido, ella asiente y se da media vuelta yéndose de la cocina.

¿Y ahora? Me pregunto una y otra vez, tal vez lo mejor sería salir de aquella cocina y buscar por toda la fiesta a alguien, alguien que me haga sentir diferente... no sé. Las probabilidades de encontrar a la persona que tiene la otra parte del hilo que nos use son casi nulas, podría mil veces cruzarme con esa persona y terminar estando con otra.

Todo sería más fácil si pudiera ver el hilo aún estando cerca de esa persona... pero ¿Cómo? Dejo de pensar en aquella pregunta cuando una luz vuelve a aparecer en el dedo meñique de mi mano, no puede ser.

Corro hacia las afueras de la casa siguiendo la dirección del hilo, pero ya no había nadie más, esa persona estuvo en la fiesta y yo perdí mi oportunidad de conocerla, ¿o si la conocí?

El Hilo Del Destino / Editada ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora