Capítulo 14

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Yo mismo me encargo de ordenar todo mi apartamento, hacer la maleta, y arreglar todo para aquel viaje a las afueras de la cuidad. La muerte de Midori sigue doliéndome, pero no intento pensar en ello, aunque se me está volviendo algo imposible.

Salgo de mi apartamento y guardo la llave en el traje que llevo puesto, es el mismo que usé hoy en la mañana, pero me bañaré a penas llegue al hotel en el cual me quedaré, para luego ir a hacer negocios. Ese es el otro trabajo que tengo, además de obviamente empleado en la cafetería que queda al lado del instituto, si tuviera que elegir cual de los dos disfruto más elegiría ese sin duda, ya que los jóvenes que van allí hacen subir en ánimo siempre cuando uno se encuentra mal.

Llego al ascensor y espero unos minutos hasta que la puerta se abra, entro y presiono el botón para bajar al primer piso. Un día, solo necesito uno para pensar en todo lo que está sucediendo en mi vida.

Salgo del hotel, no obstante antes de hacerlo le aviso al portero que no estaré aquí hasta mañana por la noche, solo por si alguien llega a preguntar por mí, aunque creo que nadie lo haga.

Camino por la calle, que obviamente se encuentra repleta de personas, y por primera vez puedo ver el rostro de confusión de todos cuando la nieve comienza a caer, esta vez me lo esperaba, ya que hace bastante frío, igualmente eso es bastante como para que las cosas se enloquezcan un poco. Las personas caminan más y más rápido, seguramente teniendo el miedo de que pueda empeorar la situación, y eso logra que me chocaran al menos tres personas.

Llego al metro y espero a que el tren aparezca, cuando este por fin lo hace no logro sentarme en ninguno de los asientos, ya que viene bastante lleno que digamos, esperaría el próximo pero no tengo mucho tiempo que digamos y el viaje es muy largo.

Cuando la persona que se encuentra delante de mí en uno de los asientos se levanta, no dudo en sentarme.

Miro por la ventana y me pregunto qué estará haciendo Kazuo en este momento. La chica que está más cerca de la ventana que yo me observa, abre la boca como si quisiera preguntarme algo, duda un momento en hacerlo pero al final lo logra.

—Hola, una pregunta… ¿conoces a Saori? —Pregunta, alzo el ceño, ¿estaremos hablando de la Saori que pienso? ¿la mujer de mi jefe?

Me detengo unos segundos en observar a la mujer, trae puesta una gorra como esas que usan las personas de Paris, su cabello es pelirrojo , y sus ojos son azules, bastante lindos a decir verdad. Asiento y una sonrisa aparece en su rostro, vaya, no me esperaba encontrar con alguien en este viaje, no la conozco a ella, pero ella conoce a Saori, ¿quién será?

—¿Me puedes decir por favor dónde encontrarla? Soy una gran amiga de ella, pero hemos perdido contacto —Dice, suspiro y busco entre mis cosas una tarjeta, en ella está su número.

—Aquí tienes —Digo, su felicidad se podría notar a mil kilómetros de distancia.

—Muchas gracias —Lo siguiente que hace es agarrar su teléfono, agendar el número y luego enviar un mensaje, puedo ver que le escribe solamente una dirección, sin su nombre, supongo que será elección de Saori si ir o no.

Cuando la chica se baja, me siento al lado de la ventana y me mantengo mi mirada en ella, la nieve continúa cayendo y a medida de que el tren va frenando más personas se van bajando.

—Queridos pasajeros:Lamento informarles que nos tomaremos quince minutos de descanso en la siguiente parada por la tormenta. Agradecemos que entiendan la situación —Suena por los altavoces, suspiro, ya es la tercera parada que se toma para un descanso, así nunca más llegaré.

Mis ojos se cierran sin mi permiso, el sueño se va adueñando de mí lentamente, intento abrirlos, pero sé que falta aún más para llegar a mi destino y eso me quita más las ganas de mantenerme despierto. No obstante, coloco mi equipaje entre mis dos piernas, cualquiera que me lo intente sacar se la verá conmigo, aunque esté dormido.

El Hilo Del Destino / Editada ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora