IX

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Estoy desesperado, bebé, ojala absolutamente nada de lo que pasó ayer hubiera ocurrido yo.. lo lamento demasiado, yo... soy una basura, jamas debí hacer eso, jamas debi obligarte.

Pero es que no sabes cuanto daría, por estar un miserable segundo más contigo, tan solo uno, yo... no te quiero lejos mio.

Sé que tu tampoco... pero no lo puedo evitar, soy egoísta, una repulsiva y asquerosa rata egoísta, solo espero... que nos podamos volver a ver, de lo contrario... no sé que sería de mi, de ahora en adelante.

¿Por que no te escuché tus advertencias? ¿Acaso estoy sordo? Las palabras están pegadas a mi y por cada una de ellas mutilo más mi horripilante cuerpo, que de nada sirve, mas que para servirte a ti.

"Me tengo que ir" Dijiste apresurado mientras mirabas el sol ponerse, tus mejillas de un precioso color rosado junto con pigmentos blancos, a tu lado derecho el envidiable corazón rojo que te ah otorgado el cielo.

"Solo cinco minutos más, lo juro" Agarré tu brazo para evitar que escaparas, de mi mano salió un humo grisáceo, mi mano comenzaba a quemar, pero no me importaba, ya estabas abriendo tus bellísimas alas que rozaron mi rostro ¿y sabes? Son la cosa más suave del mundo, te lo doy por firmado, las adoro, adoro cada microscópica parte de ti, eso es lo que me hace no querer compartirte con nadie.

Luego de decirte eso y rogártelo con mi rostro te mordiste el labio indeciso. "Esta bien, pero solamente cinco." Accediste con una pequeña sonrisa y nuevamente te sentaste junto a mi, no sabes lo feliz que estaba, demasiado diría yo, así que me excedí de la raya.

Acaricie tu delicada porcelana con mis tétricas manos, aunque tu ya pareces estar acostumbrado a ellas, me miraste a mis felinos ojos y y contemple los tuyos, que parecían unos auténticos zafiros carmesí, deslumbraban al lado de los míos, me perdí en ellos por unos segundos y eso paso, te bese, soy un idiota.

Pero fue una sensación totalmente indescriptible, mas lo intentaré.  

Me perdí en tu mirada, como si en ella yo pudiese ver a través directamente tu alma y mientras más me acercaba, más se cerraban mis ojos y te perdía de vista, solo dejándome llevar por el momento, agarre tu mano, me sentía muy nervioso y entrelazamos los dedos, al besarte, sentí que todo lo que conocía acerca del amor, se iba totalmente al caño, pensaba que el amor era algo simple y carnal, pero no, una sensación de cosquilleo en mi estomago muy fuerte se apoderaba de mis sentimientos, poder tenerte tan cerca mio, llenaba ese vacío, el pequeño y simple hecho de pensar que tu, podrías ser mio y que sentías esa extraña sensación, que me querías de la misma manera, tuyo, me hacia, literalmente, el demonio más feliz del planeta y el primero en enamorarse de un ángel, era tan afortunado de tenerte así, mio.

Hasta que escuchamos unos gritos y nos separamos de cuajo, eran unos ángeles de un lado y demonios del otro, estábamos en medio y habían visto todo ambos nos miraban de muerte, sentía como comenzaba a transpirar frío y me pare rápidamente, solo atine a ayudarte también y te fuiste volando donde los demás, yo rápidamente volé donde los demonios que con la simple mirada querían devorar aquellos ángeles, los detuve y les di tiempo de huir, caímos como sacos al suelo, yo te veía ir, quedé con las palabras en la boca y el corazón partido en dos.

Luego ellos me torturaron hasta que mi cuerpo fue irreconocible, pero mi alma inmortal jamas saciara, por lo que volver a mi forma no tomó más de unos días, bueno, después de todo luego de los cuatro días de tortura ya no sentía nada, no es mi intención que yo te de pena ni nada, no es de mayor importancia.

Intentare mantenerme alejado un tiempo, espero que esos idiotas no le digan al jefe que "andaba besando ángeles" porque solo tengo ojos para un ángel, y ese eres tu.

Tan difícil es poder escapar, solos, ¿tu y yo?

Firma: MM

Cartas a mi angel [Cupcest]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora