Compass [ZedxKayn]

Capítulo 2

Mejor tarde que nunca.

Desde aquí algunos capítulos tendrán fragmentos de recuerdos.

¡Gracias por leer!

Su corazón dio un salto cuando sus miradas se encontraron, estaba demasiado nervioso. No conocía a aquel hombre más que por el nombre, porque ellos se conocieron cuando le informó sobre su estado de salud. Aquel problema que él no había conocido hasta ese momento.

A un lado, una mujer acariciaba sus cabellos con suavidad, casi de manera maternal, intentando brindarle paz. A ella tampoco la conocía mucho, pero su voz calmada y trato gentil lo hacían sentir protegido.

En ese momento, recordaba que fue atendido por ella cuando llegó a un hospital con amnesia. Soraka, ese era su nombre. Una doctora que ocupaba parte de su tiempo ayudando en un orfanato que tenía convenio con el hospital. Luego de recuperarse fue asignado a una habitación en el orfanato y huyó de inmediato cuando fue tratado por especialistas debido la voz que apareció en su cabeza.

No sabía ni su nombre, y aunque le habían asignado uno las personas del orfanato, lo odiaba lo suficiente para no aceptarlo. Él no sabía quién era, ni su identidad.

—¿Qué cosa?

—Él posee un trastorno de doble personalidad —habló el hombre—. Es por ello que sufre esos cambios, no tiene bipolaridad. Es muy común que confundan ambos, en especial cuando se dan casos en niños.

—¿A qué se debe?

—Es diferente para cada paciente. Aunque suele presentarse en personas que han sufrido traumas severos después de casos de abuso. Me informaron que fue su doctora cuando ingresó al hospital, ¿vio algo que pudiera indicar que el niño sufriera un mal trato?

El semblante de la mujer cambió. Se mostró preocupada e incluso dolida. Dio un par de palmadas en la cabeza del niño.

—Tal vez Kayn debería salir... —habló el hombre de cabellos blancos.

La mujer lo miró confundida

—Me dijeron que no tenía nombre aparente, así que decidí darle uno cuando lo encontré. ¿Eso es un problema?

—Me parece que le asignaron uno en el orfanato, pero a él no le gusta.

—Kayn... —repitió él. En ese momento no lo tomó en cuenta, pero se sintió cómodo cuando el mayor lo llamó de esa manera. Si la voz en su cabeza había decidido su nombre entonces él también podía hacerlo—. Me gusta cómo suena...

Soraka le sonrió.

—Ve a jugar, Kayn.

Obedeció sin decir más.

Al salir, encontró el largo pasillo con algunos niños que habían sufrido el mismo destino que él. Sin alguien a quien pudieran llamar una familia y esperando que alguien les quisiera brindar un espacio y cariño para crecer como personas de bien.