Capítulo 6

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Después de una semana, Kayn sintió que los problemas se habían convertido en pequeñas molestias

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Después de una semana, Kayn sintió que los problemas se habían convertido en pequeñas molestias. Rhaast había permanecido hablador, pero eran conversaciones simples, y en su mayor parte, solo cargaron un toque juguetón para molestarlo. Rakan y Akali tuvieron la delicadeza de no tocar el tema que lo estaba inquietando, así que le resultaba refrescante como esos días se fueron volando.

En su departamento se olían las palomitas de maíz recién hechas, sus dos amigos se encontraban echados de manera poco elegante en los muebles, mirando en la televisión una ridícula película de terror que los dejó igual de incrédulos a los tres.

—No entiendo, está en la cocina, podría tomar un cuchillo para defenderse —habló Akali, viendo una escena en donde una chica no paraba de temblar y gritar—. No es tan difícil al menos intentar defenderse.

—Hay personas que se congelan ante el miedo —comentó Rakan —, ¿crees que podrías hacerlo mejor que eso?

—Creo que podría apuntarle bien —respondió Akali, dirigiendo su atención al rubio para después sonreír, señalando el rostro contrario—. Justo en medio de los ojos.

Rakan la miró perturbado.

—Estás loca.

Kayn tomó una gran cantidad de palomitas de maíz y se las comió, escuchando la conversación, en esa ocasión, estaba de acuerdo con Akali. No podía imaginarse actuando de una manera tan irracional.

—Le quitan lo divertido a la película —interrumpió Kayn—, lo importante es burlarse de todos estos idiotas cuando están gritando de miedo.

Rakan los miró, sus amigos estaban perturbados.

—No sé por qué estoy con ustedes.

—Porque somos maravillosos y no tienes a nadie más interesante que nosotros para pasar tu tiempo —contestó Akali, observando la película. La cabeza de una persona salió volando y ella soltó una risa suave—. Que malos efectos.

—Cuando veamos una comedia romántica veré sus caras de sufrimiento —exclamó Rakan.

—Tú novia es igual, no sé por qué te quejas —contestó Kayn con una expresión de asco en su rostro—. Y en mi casa nadie verá ninguna película de romance, o los exiliare.

—Ah, ¿acaso tienes miedo de que te guste? —preguntó Akali con tono burlón—. ¿O acaso el chico malo no puede tolerar una película romántica sin sufrir un ataque?

—¡Tú eres igual que yo, incluso peor!

Soltó un suspiro antes de sonreír.

—Hagamos una apuesta —propuso Kayn, llamando la atención de sus amigos—. Rakan será el mediador. Haremos una maratón de películas, el que se queje primero de cualquier cursilería que salga, va a pagar las entradas de cine y comida del otro. Akali sonrió, acercando su mano para sellar el trato.

Compass [ZedxKayn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora