En la década de la Segunda Guerra Mundial, Hans Schell... nuestro protagonista se enlista en el ejército alemán para conquistar toda Europa.
Veremos lo que él ve, sentiremos lo que él sintió...
Hoy... 1 de septiembre de 1939 es un dia lluvioso pero muy importante... nuestro Führer nos dice que la revolución ha comenzando, todos marchamos cantando nuestro himno con pasión. Se escucha que los motores de los camiones y tanques comienzan a dar marcha. Yo voy con mi pelotón en un camión, veo a mi madre y hermanas... me despido de ellas prometiéndoles que volveré. Mi madre llora sin parar mientras que abraza a mis hermanas... yo les grito -¡Estaré bien, las amo! El camión se aleja de Berlín y nos lleva al campo de batalla. En 12 horas llegamos a las fronteras de Polonia, nuestros aviones van primero y bombardean las ciudades matando a miles en instantes. Ver esas bombas caer me impresionan ya que nunca había visto algo igual... mis compañeros están igual que yo, pero en los demás camiones solo hay risas y burlas.
Gritos y mas gritos se oyen a lo lejos. Nuestro comandante nos hace la señal y avanzamos con todo, soldados polacos se acercan a defender pero son ejecutados por las ametralladora y tanques, entramos en las casas y edificios buscando a personas. Las sacamos a afuera y mis compañeros empienzan a matarlos... yo me quedo intacto... ver como personas inocentes mueren... pero... soy un soldado y un buen soldado sigue órdenes, tenía que matar... apunto mi arma hacia una familia polaca y estuve a punto de disparar contra esas señoras y sus hijos llorando, pidiendo piedad... pero no pude, entonces les dije que corrieran. De repente aparece un solado polaco y me empieza a disparar sin control yo me cubro, entonces el soldado se pone en frente de las señoras y los niños y les grita que corran. Ellas obedecen y mientras el soldado disparaba matando a mis camaradas un francotirador lo mata de un disparo en la cabeza, uno de mis compañeros me ve y dice: -andando hay mucho que hacer... me levanto y sigo caminando buscando soldados polacos, y en dos días conquistamos la mitad de Polonia dando inicio a la Segunda guerra Mundial.
Este día fue el mas estresantes de mi vida... las balas llovían por doquier y los gritos no paraban... más de 400 polacos murieron... y 100 de nuestros camaradas. Polonia estaba en manos alemanas. Al día siguiente mientras estábamos enterrando a nuestros camaradas caídos, nos llega la noticia que Francia e Inglaterra nos declararon la guerra... todos ríen y dicen:- "Cobardes, no saben lo que les espera."
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También recibimos una carta del Führer, nuestro comandante la lee en voz alta: -"Yo, su Führer Adolf Hitler estoy muy orgulloso de todos ustedes. Por pelear por el futuro de Alemania y de sus familias. Mis condolencias por los soldados caidos... sigan peleando, que esto no durará mucho."
...todos aplauden, otros lloran por la muerte de sus amigos y yo... solo me quedo callado mirando hacia la tumba de mis camaradas... el comandante nos dice que ya tardamos mucho tiempo y que hay que seguir. Subimos a los camiones y seguimos.
Estamos en la capital de Polonia, yo estoy con mi rifle parado sin moverme esperando órdenes mientras los demas saquean las casas y edificios y matan gente... yo por ahora no maté a nadie... en algún momento tendré que hacerlo para salvarme. El viento me da en la cara... se siente frío... esa brisa... respiro hondo y sigo parado ahí sin hacer nada, en lo único que pienso es en mi familia, Emily y Melanie mis queridas hermanas se deben de estar aburriendo sin poder molestar a su hermano mayor como siempre lo hacen... como las extraño... Veo un auto con oficiales de Werhmacht. Yo levanto mi brazo derecho como saludo y ellos solo me observan indiferentemente, dejan de mirar y solo miran al frente, el auto sigue su curso.