En la década de la Segunda Guerra Mundial, Hans Schell... nuestro protagonista se enlista en el ejército alemán para conquistar toda Europa.
Veremos lo que él ve, sentiremos lo que él sintió...
Al llegar al campo, nuestro sargento nos ha llamado la atención por llegar tarde y entre gritos nos dijo que vayamos con los demás y formemos. Obedecemos y rápidamente vamos hacia la fila, mientras estábamos parados, nuestro sargento nos dijo que debemos de estar preparados, ya que seremos el ejército de refuerzos.
Sturffe: -Escuchen bien mis palabras que no lo diré dos veces, nos dieron órdenes que permanezcamos en Berlín hasta nuevo aviso, ya que pronto se liberarán muchas batallas por el control de Europa y nosotros somos el ejército de refuerzo en caso que surja una emergencia. No creemos que suceda nada; pero nadie sabe qué pueda pasar, y por si acaso debemos de tener algún plan y éste es el plan; ser la reserva en caso de derrocamiendo en algún territorio en el que estemos. ¿¡Entendieron!?
Todos respondemos con un -¡SI SEÑOR!
Después de eso nos mandan a entrenar y a practicar tácticas de batalla en caso de una emergencia. Nuestro sargento nos emplea nuevas estrategias de guerra que funcionan bastante bien y que son muy buenas.
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Tuvimos que cavar trincheras, mover cañones antitanque muy rápido, tirarnos al piso y movernos lo mas rápido posible, hicimos un poco de todo. A mí y a Luther nos dieron para manejar una MG42. Luther se encargó de disparar y yo de recargar, aunque los dos sabemos cómo usarla. También nos dieron una MP40 a cada uno. Era muchísimo mejor que los rifles que teníamos antes, esas cosas se atoraban fácilmente si se mojaban o se llenaban de barro. Aprendimos también nuevas formas de combate cuerpo a cuerpo, Luther y yo fuimos los mejores en eso; destacamos entre los demas soldados y nuestro sargento nos puso en un pelotón con buenos soldados especializados. Nosotros no sabíamos casi nada llegamos ahí...
Luego de 7 largas horas de entramiento y tácticas volvemos a casa, vuelvo en auto con Luther y dos compañeros más. Luther me dijo que me tiene una sorpresa. Llegamos a mi casa y bajo del auto, Luther me dice -Prepárate para mañana que vendré a por ti e iremos a comer y celebrar. Frunzo el ceño, y lo cuestiono: -¿Por qué razón? No es mi cumpleaños aún. Luther ríe y contesta: -Lo sé, pero ya verás. Iré a ver a Alice ahora, me tendré que preparar e iremos a cenar.
Me alegro tanto por él, está reaciendo su vida. No se le borra su sonrisa, por lo que decido contestarle -¿Es en serio? Muy bien Luther, pero, ¿Qué hay mañana? Luther contesta: -Iremos a una cita doble; te presentaré a una amiga de Alice, tú y yo, Alice y su amiga.
Ha de ser broma...
-¿Qué dices? Debes estar bromeando, Luther, no estoy para esas cosas. -Luther ríe- Lo estarás... créeme que si, te veo tan solo que bueno, te hace falta una compañera. Ya nos vamos, adiós Hans. -Suelta, haciendo rugir el motor.-
El auto se aleja, me quedo mirándolo hasta que finalmente desaparece de mi campo de visión. Entro en mi casa y me dirijo a mi cuarto. Me siento en mi cama y pienso en voz alta
-¿Una chica para mí? Pf... para el amor soy pésimo, siempre que estuve con una chica me fue terrible. Solo tuve 2 novias en mi vida de adolescente, y me fue horrendo. No soy el novio perfecto que todas quieren, ¿ahora qué haré? No tengo otra opción, tendré que preparar mi mejor ropa.
Me doy una ducha, ceno con mi familia, preparo mi uniforme y ropa para mañana.
Al terminar los preparativos ha llegado la hora de dormir, me recuesto y cierro los ojos, pensando en quién conoceré mañana.
- N/A* En multimedia Hans, Luther y compañeros con su cañón antitanque.
