Tú,
tan especial que eres.
Tus ojos,
tan verdes,
con ese brillo que,
en aquel momento,
no supe identificar.
Has estado
tan hundida en la oscuridad
como yo.
En aquel momento
no lo sabía.
Tú,
con esa risa reconfortante
pero con un punto demente.
Dicen que
la felicidad,
la verdadera felicidad,
sólo te la dan los verdaderos amigos.
Y tú,
Selene,
me has hecho muy jodidamente feliz.
Eso no es fácil,
¿sabías?
Eres como una buena canción,
de estas antiguas
pero que no pasan de moda.
Eres como un libro,
llena de historias
y sentimientos.
¿Y sabes qué?
Te quiero tanto,
y te debo tanto,
que no creo poder expresarlo
con palabras.