Estoy harta.
De tu recuerdo,
como un zumbido en mi cerebro,
que no se va,
ni durante el día
ni durante la noche.
Me vienen recuerdos
sobre ti,
que hacen que
llore;
El día en el que me pediste salir.
Recuerdo
que tu eras casi
tan inseguro como yo.
Yo tomé la iniciativa,
y te dije lo que sentía por ti,
y tu me lo pediste,
haciendo que me temblaran
las rodillas,
incluso pese a estar a casi
100 km de mí.
Me hacías sentir especial,
apreciada,
incluso guapa.
Me decías que yo era perfecta,
de pies a cabeza.
Que daba igual que fuera una borde,
porque tú lo eras más.
Éramos almas gemelas.
Te amé como a la lluvia,
como a las margaritas,
como a un libro viejo
como a una canción de los 60s.
Y te sigo amando,
y eso duele.
