He fumado el último cigarrillo de cajetilla que me regalaste. Sabía asqueroso; me mareó, me hizo querer vomitar igual que tu adiós, igual que ese último beso que me diste. Sabía igual a esos últimos te quiero que me dijiste, igual a esas últimas conversaciones que tuvimos. Sabía a olvido, sabía a resignación, estaba consciente de que era el último y tenía que disfrutarlo, pero no podía. Ya no quería fumar, pero había decidido terminar con esa cajetilla, igual que con ese último recuerdo tuyo.