Millie Bobby Brown tiene desde los 10 años un plan meticulosamente elaborado para conseguir todo lo que quiere.
Talento y disciplina para el baile✅
Notas perfectas ✅
Capitana de porristas ✅
La absoluta reina de la escuela ✅
Juilliard ... ❌
Cuando s...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Millie Bobby Brown PoV
Habían pasado un par de días desde lo ocurrido con el idiota de Wolfhard, Millie había sufrido colapsos nerviosos todos los días después de eso, en consecuencia no había dejado de bailar ningún minuto libre. Era la única forma de evadir un poco el hecho que todo se estuviera desmoronando.
Es cierto que se había equivocado ese día en la cafetería, no lo había pensado bien, se había dejado en evidencia como nunca antes lo había hecho y se sentía estúpida por esa movida. Pero la desesperación le había nublado el juicio.
Ahora que ya no contaba con el factor sorpresa tenía que irse con cuidado, es por eso que Sadie se iba a encargar de la siguiente etapa.
De encontrar algo lo suficientemente bueno de ese nerd con cara de rana para poder tenerlo en la palma de su mano.
Por que ella no iba a ser la que se uniera a algún grupo perdedor, tampoco es que tuviera mucho tiempo. Entre las porristas, las clases de baile y el preparar la coreografía para su demo estaba absolutamente copada.
Es por eso que no dejaba de admirar a su amiga por haberlo hecho, es cierto que se le había ocurrido por los consejos de Joe Kerry para estudiar periodismo (cosa con lo que ella estaba absolutamente de acuerdo, una vez planteado parecía que la pelirroja estuviera hecha para esa profesión)
Pero aún así Millie nunca hubiera entrado al salón de esos perdedores. Pero le alegraba la tenacidad de su amiga para conseguir su objetivo (y el de ella de paso)
Luego de eso, los días siguientes Sadie había estado en extremo reservaba. Sabía que a la ojiazul le gustaba mantener sus fuentes en secreto y sobretodo por qué le encantaba generar expectación antes de revelar un rumor jugoso, pero esto en personal la estaba matando.
—Ya Sadie ¿Se puede saber que es tan importante para que nos hayas hecho salir del instituto para venir hasta aquí? —Preguntó Noah una vez la mesera dejaba unas malteadas delante de ellos.
—¡¿Que fue lo que descubriste?! ¿Que es tan bueno que debíamos estar lejos del instituto? —Preguntó una ansiosa Millie chocando sus palmas sobre la mesa haciendo que Noah derramara casi toda su malteada y comenzara a reñirla por eso.
Era viernes y la hora del almuerzo, pero en vez de entrar a la cafetería como todos los días, Sadie los había arrastrado a ambos hacia su auto, llevándolos a su cafe favorito y se había negado en decir ninguna palabra hasta llegar a un lugar seguro.
—¡Basta! —Les cortó Sadie mirándolos a ambos alternadamente. —Lo que descubrí es tan impactante, ¡Que tuve que confírmalo yo misma para saber que era cierto! —exclamó llevándose ambas manos a su pecho con dramatismo.
