Kira había visto los ojos de su hermano distintos está mañana. El azul resplandeciente que su papá que les había heredado era aún más brilloso que de costumbre.
Había escuchado miles de veces, que los gemelos tienen ese sentido del cual uno sabe del otro como si estuvieran conectados desde el nacimiento. Ahora estaban desconectados más de lo que deseaba, pero lo conocía lo suficiente para saber que ese chico había provocado algo en su hermano, algo de no debía de ser.Kira hacia sentada en una banca del gimnasio. Su libro favorito hacía sobre su delgadas y contorneadas piernas. Tenía ya un rato leyendo, esperando a que alguien llegara a su encuentro. Estaba un poco molesta por la tardanza pero suponía que valdría la pena.
Todo vale la pena cuando hay algo de por medio, y vaya que había mucho que ganar. Pero el ganar muchas veces no te prometía felicidad. Y menos cuando era para terminar con alguien a quien odiaba, o eso creía.—¿Kira? —, dijo una voz masculina a su espalda, pero no hubo más palabras que esas.
Cerró el libro con el marca páginas en la página que leía, para después ponerse de pie y mirar directamente al chico que haría de esto más fácil.
— Hola Mickey —, su sonrisa volvía a ser fría al saludar —, haz venido como te lo he pedido.
Mickey la miró y sintió escalofríos al notar las venenosas palabras que salían de dentro de su boca. Esa sonrisa era tan bella como peligrosa. Parecía ser frágil y gentil, o más bien, eso siempre había hecho pensar con ese físico angelical. Pero al conocerla, esa belleza solo era una fachada que cubría a un ser despreciable y odioso. Kira Ellanova, era una chica en la que no podías confiar, aunque hace mucho tiempo las cosas eran demasiado distintas, pero esa chica linda, cariñosa y confiable, se veía demasiado lejana casi inexistente.
—¿Qué es lo que quieres, Kira? —, Mickey actuaba rudo, pero le era dificil no temerle u odiarla.
Kira le miró con sus apacibles ojos llenos de oscuridad. Su porte era elegante y femenino, pero a la vez dominante y fuerte.
— No seas impaciente mi querido Mickey —, decía —. Que solamente te voy a pedir información suficiente para acabar con alguien.
Micky se tensó. Sabía porqué rumbo iba esto y no le gustaba en lo absoluto.
— No —, dijo Mickey al saber lo que ella se proponía.
Kira frunció el ceño perdiendo el rastro de la sonrisa brindándole un tono más frío a su rostro.
— ¿No qué? —, podía parecer tenebrosa, pero su voz era aún linda y tierna.
Micky tragó rápido. Tenía dos opciones en ese momento. Hablar y que ella se hiciera cargo de acabar con absolutamente todo de esa persona, o negarse y que Kira lo odiara para siempre.
—No quiero participar en la persecución de alguien.
No estaba aterrado, pero estaba nervioso. Esa mirada tan directa que parecía que podía atravesar todo como un taladro, se la brindaba solamente a él. Y era escalofriante.
— Te diré algo Mickey —, caminó Kira en pasos pequeños acercándose a él —. O más bien, recordemos algunas cosas que quedaron en el pasado pero que hasta este momento aún no termina de afligirte.
Mickey sintió un fuerte escalofrío por todo su cuerpo acompañado por los nervios. Su cuerpo se había tensado al suponer lo que ella diría. Desde un principio supuso lo que ella quería de él.
— Tú y yo en algún momento de la vida, conocimos al mismo chico — continuó Kira —, tu sabías muchísimas cosas de él, porque tú lo habías conocido primero que todos los demás. Pero eso no te daba el derecho a saber tanto sobre él, ni mucho menos a exhibir sus secretos como lo hiciste —, los ojos de Mickey se cristalizaban —. ¿A caso eras verdaderamente un amigo para haberlo traicionado así? ¿Acaso toda esa popularidad te sirvió de algo después de que él se haya marchado? —, por extraño que fuera Kira se veía afectada con sus propias palabras —. Tu lengua ha Sido demasiado larga por tanto tiempo, pero te dolió su perdida y decidiste cambiar. Pero tú maldito error y tú maldita lengua nos afectó a todos. Dime ahora Mickey. Ya pasaron dos años desde su muerte, y todo cambió para todos. Él ya no está y nosotros tampoco estamos, pero, ¿En qué afectaría que nuestras vidas cambiaran una vez más? Si ya la haz cambiado una vez, porqué no dos.

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Nacidos De Las Estrellas.
De Todo5 chicos 5 vidas distintas, y una vida más que los unió hasta el fin. ¿Azul sabrá qué hacer con su pasado? ¿Lina pondrá a fin a su tortura? ¿Kira pedirá ayuda? ¿Luca admitirá a quien ama? ¿Mickey podrá salvar lo que una vez no salvó? ¿Podrán sob...