capitulo cuatro.

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capitulo cuatro.

conociéndole.

- ¿por que te empeñas en joderme el día? - me gire para quedar frente a su sonrisa, que por cierto, me daban ganas de quitársela a guantazos. - ¡dejame un segundo en paz!

- en realidad venia a comer con mis AMIGOS. - dijo poniendo énfasis en amigos. - El que estés aquí es mera coincidencia.

espera un segundo..

¿amigos?

¿como?

¡por que nadie me cuenta nada!

- ¿os conocéis? - pregunto Matt sorprendido.

- ¿No crees que eso tendría que decirlo yo? - conteste alzando una ceja.

- ¡yo pregunte antes! - contesto.

- y yo soy la dama, así que contesta. - conteste sonriendo un poco.

- ¿dama? - pregunto mirando a todos lados. - Yo solo veo a Annie.

- idiota. - golpe su hombro, mientras todos reían por su comentario. - ¿alguien me puede contestar?

- Nos conocemos de partidos de cuando ibamos al colegio, nos caímos bien y comenzamos a quedar, así poco a poco se convirtió en nuestro amigo. - contesto Chris con la boca llena, agghh...

- este año conseguí convencer a mis padres para cambiarme de instituto y pasar mas tiempo con estos idiotas. - el prostituto sonrió chocando la mano con Jared, y se movió cojeando hasta el asiento libre al lado de Trevor, justo en frente de mi.

cojeando...

por lo menos le he jodido bien...

- te toca. - dijo Matt sacándome de mis pensamientos. - ¿como lo conoces?

- El muy imbécil intento ligar conmigo... - sonreí recordando la escena de antes y la cara de idiota que se le quedo al acabar.

- es decir que tu... - comenzó Chris.

- ¡ohhhh! - exclamo Jared. haciendo que media cafetería se girara a escucharle. - ¡Tu eres el de las pelotas reventadas!

al parecer Annie no era la única loca gritona de la mesa.

- valla... aquí las noticias viajan rápido. - rió Lucas... alias el prosti, por si alguna vez lo olvidáis. - Pero si, ese soy yo.

- grave error de principiante. - rió Annie. - Nadie que tenga cerebro y aprecio a su bebe, coquetea con...

- conmigo. - la detuve, seguía pensando que el idiota no debía saber mi nombre, al menos por unas horas mas. Si, eso sera lo mejor.

- Pero siempre hay una excepción, y ese soy yo. - contesto Trevor con una sonrisa orgullosa. - A mi, mi princesa me deja hacerle lo que quiera. ¿Verdad preciosa?

- No te pases. - reí a la vez que me guiñaba un ojo.

- Trevor... - gruño Matt, a la vez que me pasaba las pastillas que me tocaba por bajo de la mesa y me las tomaba disimuladamente.

- Vale, vale, tranquilo, ya paro. - contesto Trevor alzando las manos en modo de defensa, aunque ya estaba acostumbrado a los avisos de Matt.

Me encantaba cuando Matt se ponía en modo protector, el me consideraba su hermana pequeña, ya que, al igual que yo, era hijo único. No le gustaba que los chicos coquetearan conmigo,  según el, no quería sumar a la lista de males un corazón roto. Y yo no le impido nada, en realidad me hace un favor, yo no quiero que ningún chico se me acerque con esas intenciones y el los espanta. Perfecto, ¿no?

Quiéreme si te atreves. (reeditando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora