capitulo veintinueve.

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Capitulo veintinueve.

Comenzando una vida... Juntos 1.

- ¡¡¡Es hora de levantarse!!! - Escuche el grito de Lucas desde el piso de abajo.

- ¡¡¡Cállate!!! - grite de vuelta y tape mi cabeza con las sabanas, mmm..., más bien la enterré entre todas las mantas. Y bueno, volví a mi estado de hibernación masivo.

Estaba disfrutando de nuevo de mi anterior sueño, cuando un hormigueo en mi rostro me sacó de nuevo de este.

- Mmmmm... - Me quejé y di un manotazo al aire.

- Bebe... Ya es tarde... - sus labios rozaron mi oreja al susurrar en ella.

- No me llames bebe. - Gruñí.

- Hay que levantarse, si no llegaremos tarde. - Volvió a susurrar y un escalofrío recorrió de arriba a abajo mi espalda.

- Déjame... - Susurre a la vez que cerraba con fuerza los ojos.

- Si no te levantas tendré que obligarte a hacerlo. - Volvió a susurrar del mismo modo y yo reí levemente.

- ¿Y cómo se supone que lo harás? - Pregunté burlona.

- Te besare si no lo haces. - Susurro de nuevo en mi oído, pero esta vez dejo un pequeño beso en este al separar sus labios de él.

- Ya... Claro... - Dije sin creerle.

Volví a cerrar los ojos, y ya estaba por recuperar mi anhelado sueño cuando un hormigueo captó todos mis sentidos.

Abrí los ojos de par en par encontrándome a Lucas sobre mí y con tan solo unos milímetros de separación.

- ¡Apártate idiota! - Reaccione y di un fuerte golpe en el hombro que hizo que cayera de espaldas a mi lado.

- Auuchh... ¿Así es como le agradeces a tu príncipe, bella durmiente? - Dijo gracioso, pero con una mueca en el rostro mientras se sobaba el hombro que le había golpeado.

- agghhh... Ahora mismo, lo único que quiero hacerte es matarte. - Gruñí mientras me volvía a cubrir con todas las mantas.

- Es hora de levantarse. - Sentencio y tiro de todos los edredones haciendo que cayeran al suelo. - Tienes 10 minutos para cambiarte.

- ¿Para qué? - grandullón... Sálvame de este idiota... Idiota del que estoy enamorada... 

- Por que sí. - Dijo acercándose a la puerta y saliendo de mi cuarto.

Abrí los ojos y mire la ventana. Aun no había salido completamente el sol. Giré rápidamente la cabeza en dirección al reloj.

- ¡¡Prostituto carbón!! - Grité y Gruñí a la vez. - ¡¡Son las 7 de la mañana!!

- ¡¡Ocho minutos!! - Fue la única contestación que recibí de vuelta.

Anoche nos acostamos sobre las 5 de la mañana y acordamos no ir al instituto ya que no podríamos levantarnos tan pronto.

Y el muy idiota me había despertado media hora antes de la que me levantaba para ir a clase.

Pero el mal ya estaba hecho, no conseguiría volver a dormirme. Así que me levante y me metí en la ducha.

Cinco minutos después salí con dos toallas enroscadas, una en la cabeza y otra en el pelo.

Guarde la camisa de Lucas con la que había dormido en uno de los cajones de mi armario y comencé a buscar mi ropa.

Ya hacia frio, normal si estábamos en pleno invierno.

Cogí unos vaqueros azules pitillos y un suéter gris que dejaba ver mi hombro izquierdo. Unas botas grises con un poquito de tacón y una chaqueta azul muy calentita, que me regaló Chris por mi anterior cumpleaños.

Quiéreme si te atreves. (reeditando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora