Familia, deber, honor.

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William quedó sorprendido ante la falta de sensibilidad de su amigo. No le quiso decir la verdad a Cecilia.

-Esta ocupado..

-Ah.. entiendo.. bueno.. otra vez será.

-No te desilusiones, hablaré con él esta noche.

William paró en un pub irlandés de camino a casa. Al entrar vió que en una mesa cerca de la ventana que daba a la calle estaba Andrew. O al menos una parte de él. Iba demasiado borracho como para entablar una conversación. William le convenció para acompañarlo a casa.

Andrew parecía decaído y molesto, quizá por eso había bebido tanto, a pesar de que no era partidario de beber para olvidar.

-Le ofrecí mi ayuda, y me desprecia, por qué? no tengo ni idea.. no se da cuenta de qué me importa?

William se quedó callado, ahora se daba cuenta de que él había hecho todo eso porque estaba empezando a enamorarse de ella,  pero él no se había dado cuenta.

-Will, amigo, creo que.. la necesito.. sabes? Igual estoy demasiado borracho para cavilar, bueno.. creo que me daré una ducha fría..

William lo dejó en la puerta de su casa, Andrew se metió en la bañera, había olvidado quitarse la ropa, un pequeño Flash Back apareció en su mente, empieza a recordar todo lo que vivió con Cecilia.

Cuando se conocieron, cuando ella le invitaba a ver películas a su casa, cuando sintió que ella se había enamorado de él, y cuando él le abandonó por su ex. Se sentía el ser más inmundo de la tierra, pero al fin y al cabo no podía volver atrás, pero si podía ayudarla ahora. Pero había sido un cerdo, y quizás ella no le perdonaría aquellas palabras tan crueles.

Tres palabras resonaban en su cabeza, tres palabras que debía tener en cuenta si no quería perder el juicio. "Familia, deber, honor", no había nada más a tener en cuenta.

Siempre oscurece antes del amanecer. (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora