¡Escucha mi rugido!

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Mientras la llave giraba ella rezaba porque no hubiera nadie en casa. La ropa seguía en el suelo, y su padre dormía boca arriba. Era un hombre corpulento, tenía el pecho repleto de bello, y se le veía destapado y en ropa interior. Ella intentó no hacer ruido, pero tropezó y le despertó.

-Ah, ya estás aquí princesa?

-Hola.. papá..-parecía asustada, pero él intentó calmarla.

-Qué ocurre? -le hizo sentarse en su regazo, y empezó a acariciarle las piernas.-Qué te preocupa, mi vida?

Ella cada vez más asustada intento no pensar en nada, intentó fingir cariño hacía algo oscuro.

-Nada papá, estoy bien..-dijo mientras una sonrisa aparecía en su rostro.

-Que bien, me alegro muchísimo corazón..-su mano fue acercándose a su entrepierna, y empezó a acariciarla. Ella sentía miedo...

-Buenos días Cecilia! -dijo Andrew sonriente.-Pero.. qué coño te ha pasado? Otra vez? Que te dije?

-Andrew, olvidate de mí, vale? No tienes ni puta idea de nada, y vas por la vida creyendo saberlo todo el mundo, no eres un puto psicólogo, y no sabes nada, nada de mí!

Siempre oscurece antes del amanecer. (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora