Un rencor desde antes que naciera, una chica que lo sufre cada día, fingiendo que todo está bien y de noche se derrumba en su soledad y martirio, tiene apoyo de unas pocas personas pero al poco tiempo solo la terminan abandonando, quiere ser fuerte...
"¿QUÉ HACES CUANDO LA ÚNICA PERSONA QUE TE PUEDE HACER FELIZ, ES PRECISAMENTE LA QUE TE HACE LLORAR?"
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Me desperté como cada mañana aunque tranquila ya que mi mamá aun no se había despertado, me arreglé rápido para no verla, me pongo una blusa de tirantes de color negro, unos shorts azules, unas botas con un poco de tacón de color negro con un gorro color gris sobre mi cabello ondulado, ya que era temprano me pongo una camisa encima manga larga de cuadros dejándola desabotonada, me maquilló un poco poniéndome base, corrector, rímel y un brillo labial, tomo mi maleta y salgo casi corriendo ya que escucho la alarma en la habitación de mi mamá.
Llego a tiempo al colegio viendo a una de las personas que he querido y amado pero al mismo tiempo me ha hecho más infeliz de lo que soy al lado de la puta de Jessica, doy un leve suspiro sintiendo como me duele el corazón de solo saber que aún lo quiero y que aún tiene poder en mi como para hacerme sentir mal e incluso bien solo con una mirada.
Paso por su lado casi obligada con la cara agachada mirando mi calzado, sintiendo esos ojos de color canela que tanto me enamoran encima de mi.
"No ha pasado más de una hora desde que despertaste y ya disfruto tu frustración por no estar con él, ese chico que tanto te gusta, pero él nunca te quiso, solo fuiste un juego igual que lo eres para todo el mundo".
Sigo caminando pero siento que me toman del brazo un poco con delicadeza pero firme, me volteo para descubrir quién era encontrándome con su mirada.
─Tenemos que hablar.
Me dice fijando sus ojos canela con los míos y con la voz fuerte.
─¿A...ahora?
Lo miro estupefacta tratando de que no note que mi pulso ha subido demasiado solo por su tacto.
"De seguro te va a decir que eres horrible, gorda, molesta y que solo quiere que te alejes por lo absurda e ingenua que eres".
─Después de clase te espero en donde nos conocimos
Se me detiene por unos segundos el corazón, trato de asistir con la cabeza y creo que si lo logre aunque mejor respondo.
─S...si claro.
Lo veo y se le alumbra la mirada.
─Ahora nos vemos.
Sonríe sin mostrar los dientes, me da un beso en la mejilla y se va dejándome en shock por su comportamiento.
¿De qué quiere hablar?
¿Por qué su cambio de actitud?
¿Qué pasó?
Estas preguntas son las que mantengo preguntándome durante el día de hoy y como si fuera un milagro mis demonios no han hablado en todo el día ¿un día de paz? Tal vez, no lo sé, pero quiero que siga así.
