Kuroo Tetsurou.

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Estoy bastante seguro que eran más allá pasada la media noche cuando mi teléfono comenzó a vibrar furiosamente sobre la mesita de noche junto a la cama.
Deje salir un gruñido ronco y estiré mi brazo para quitar el cargador aún conectado en el dispositivo.

Conteste sin siquiera mirar quien era el emisor, pues aunque lo hubiera intentado no hubiera podido ajustar mis ojos a tan de pronta luz.

- ¿Bueno?.- conteste más atropellado de lo que pensé.

- Tetsu...lamento molestarte tan tarde.- no importaba si había despertado de un coma, yo reconocería esa voz a donde quiera que fuera.

- ¿Qué ocurre?.- me talle los ojos.

- No quería despertarte.- dijo con una voz lastimera.

- Hey (Nombre). ¿Te encuentras bien?.

- Es una tontería, ¿de acuerdo?. Pero quería escuchar tu voz.- escuché como intentaba silenciar sus suaves gimoteos.

- Jamas es una tontería hablar contigo. ¿Qué pasa?.- ahora todo el sueño acumulado en mis ojos se había esfumado; estaba más que despierto mirando hacia el techo, esperando pacientemente hasta que la chica se calmara para contarme lo ocurrido.

Hemos sido amigos desde hace bastante tiempo y aunque no puedo decir que ya me acostumbre a sus repentinas llamadas nocturnas; siempre estoy dispuesto a escuchar sus problemas.

- Esta bien nena. Respira.

- ¿Estas enojado conmigo?.

- Si lo estuviera ni si quiera te hubiera contestado.- una pequeña risilla escapó de mis labios; mientras que la chica en la otra línea aún intentando calmar su llanto.

- No vas a burlarte de mi. ¿Verdad?.

- Sabes que jamas haría eso.- se quedó callada por unos segundos; por un momento pensé que había cortado la llamada; hasta que escuche su respiración.

- ...Bien.-escuché como tragó saliva y seguramente buscaba una posición más cómoda.- ¿Recuerdas los peces que había en nuestro salón cuando estábamos en primara?.

- ¿Qué?.- realmente me tomo por sorpresa.- ¿Peces?.

- Si. Eran dos peces dorados. Estábamos en ultimo año y los encargados de cuidarlos en el descanso de primavera los olvidaron. Cuando regresamos ya tenían varios días de haber fallecido.

- Lo siento, pero no lo recuerdo.

- Por alguna razón me puso muy triste y ese día me invitaste a tu casa a jugar videojuegos.- de pronto las imágenes de versiones más jóvenes de nosotros jugando en el piso de mi cuarto me inundaron.

- Recuerdo lo de los juegos. Pero no puedo recordar a los peces.

- Soñé con ellos.- suspiró suavemente.- Mi habitación se inundó por completo de agua y aquellos peces estaban ahí nadando tan pacíficamente sobre mi cama. Pero sus voces Tetsu...-pegó otro gimoteo.- sus voces eran desgarradoras. En mi sueño los peces me dijeron que estaban sufriendo mucho. Les dolía y me suplicaban que los sacara de ahí. Se que es una tontería; pero la tristeza fue tan real y profunda que cuando desperté ya estaba llorando.

Nuevamente la chica soltó un llanto y mi pecho se apretujó al escuchar su voz desgarrada.

- Hey...calma; ya pasó.- no supe que más decir.

-...Tetsu.

- ¿Si?.

- ¿Crees que la clase aún tenga peces?.

Haikyuu! x Reader~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora