Capítulo 6 - La noche de las brujas

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Milnadar, SL XXIII – 267 Odogan 20.

A mi más estimado y querido amigo Ardulan.

Hola amigo mío, espero que te encuentres muy bien, primero quería agradecerte enormemente por los regalos que me enviaste, si no lo hice ya, nuevamente lo hago ya que realmente me han sido de mucha utilidad. Aun no comprendo cómo funciona el anillo rojo he intentado muchas cosas posibles pero no logro que haga nada.

Te cuento que mi viaje ha estado lleno de desafíos y peligros, incluso fuimos robados por un tipejo, ¿qué patético suena eso no es verdad? Me alegra contarte que me la llevo mucho mejor con Kathrinna y varios de los chicos, siempre está dispuesta a ayudar y contesta sin dudar todas mis preguntas, no se anda con rodeos, creo que te encantaría conocerla, puede que te sepa ayudar en alguno de tus estudios, espero que al finalizar esta misión nuestra amistad se fortalezca porque sé que es una chica con mucho potencial, capaz de hacer lo necesario por cumplir sus tareas y eso es algo que me encanta.

¡He recopilado un montón de notas para mi próximo libro!, te comparto una copia de las más interesantes para que las revises y me ayudes a decidir las mejores como siempre lo haces, espero tenerte más noticias pronto, quizás sea difícil comunicarme porque no hay muchos pueblos por estos lugares, pero ten fe que siempre estoy por aquí.

Con gran aprecio

Egios

Han llegado al poblado de Rivera Luz, llamado así para hacer contraste a la alta presencia de ocultistas en los bosques aledaños. Allí opera una guarnición de la Guardia Boreal. Y es un pueblo algo grande. Egios se preocupa con la actitud cada vez más distante que Yovun ha decidido emprender desde la pelea con los vampiros, como si sintiera que aquel trabajo ya no le interesa más y sólo quiere regresar a casa. Nom continúa con su particular alegría, parece que nada en el mundo pudiera quitarle el ánimo al muchacho y ha entablado una gran amistad con Victoria, a quien ha decidido tomar como pupila en combate. Fiona por su parte, se ha abierto más, a veces se sienta con Egios a comer fruta, la chica hace unas caras como si del manjar más grande de la tierra se tratase, y Egios la comprende, porque él siente lo mismo, también le encanta jugar con el cabello de Kathrinna, aunque siempre reniega de lo corto que está... "¿Sólo hasta los hombros?". Barleif continúa con su pasividad y mirada tranquila, es como si el hombre sólo estuviera allí, procura hacer lo necesario por ayudar, pero siente que es un hombre sin metas, que sólo viaja a donde lo lleva la corriente.

- Es una hermosa hacha – le dice Egios a Barleif.
- ¡Sí!... me... me la regaló Yovun, después de un tiempo trabajando con él.
- ¿Te gusta trabajar con él?
-  ¡Claro que sí!... le debo mucho a él, de no ser por Yovun, quizás ya estaría muerto.
-  ¿Ah sí?... ¿puedes contarme?
-  Yo... bueno... es que...
-  Sólo si quieres, no voy a obligarte.
-  Bueno,.. yo vivía con mi familia, teníamos una granja en Haukari... estaba... en las planicies del sur, cerca de Wukari, ¿es muy lejos del territorio vampiro verdad?.. es que... no sé cómo pasó, una noche estaba con mis trabajadores, organizando la jornada del próximo día y... todo fue tan rápido... los gritos... el silencio. Sólo pudimos ver a la criatura, con sus rojizos ojos brillantes huyendo entre los árboles y mi querida Ana... mis niñas... sólo sus cuerpos... derramados por el piso.

Barleif hace una pausa y se seca algunas lágrimas, pone sus brazos en sus piernas y mira intensamente a Egios.

-  Yo... me perdí... sólo pensaba en beber, mientras mi mente estaba en blanco por el alcohol, podía olvidarme de la realidad, abandoné mi granja, abandoné a mis amigos... sólo vivía en la taberna y pedía en las calles para seguir bebiendo. Entonces llegó Yovun, en esa época viajaba con otras 2 personas, eran mercenarios, me vio y me dijo que yo podía convertirme en uno de ellos, que era un hombre fuerte... así que me dio la oportunidad, yo me negaba, pero él siempre me quitaba el alcohol de mis manos, rompía mis botellas... eso me enfurecía, pero en mis adentros sabía que era necesario, que tenía que cambiar, por mi familia... Así que decidí seguir adelante, no tengo cómo pagarle a Yovun por todo lo que hizo por mí, sólo con mi lealtad y protección.
-  ¿Otra vez estás contando tu historia Barleif? – dice Nom que se sienta cerca en el piso.
-  Si, de nuevo.
-  Ya deja de llorar por lo mismo... los muertos son muertos, no puedes hacer nada por ellos, los que importan son los vivos hermano.
-  Eran su esposa y sus hijas – Añade Egios – es normal que le duela.
-  ¿Tanto por una esposa?... Cuando yo vuelva a Acumunap voy a ser un macho alfa y voy a tener muuuuchas esposas, y sirvientes... y tierras, ¡ja!, ya verán, seré más rico que todos ustedes juntos - Dice el chico mientras lanza una fuerte risa de orgullo.
-  Bueno al menos tienes altas expectativas – le dice Egios.
-  ¡Oye Vicky!
-  ¿Qué pasa Nom? – le contesta ella.
-  ¿Quieres ser una de mis esposas cuando sea rico y famoso?
-  ¡Estás loco!
-  Tú te lo pierdes... ¡Oye Kathrinna!
-  Ni se te ocurra hacerme esa pregunta.
-  Oye... pero si ni siquiera sabías que iba a preguntarte. - Dice él con voz baja y retirando un poco la mirada.

El Destino de los Guardianes - KathrinnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora