Capítulo 13 - La roca de Fgorivul

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La segunda persona lleva una túnica oscura que le oculta su rostro, pero su tamaño es mayor al de un humano normal, hace un gesto de voltear a mirar hacia Egios y él inmediatamente se esconde en la esquina, escucha un momento el silencio, y luego regresa la mirada al callejón, ambas figuras han desaparecido. Voltea a mirar la casa y se dirige a la entrada, todo parece calmo y nada parece haberse movido, sube al cuarto y lentamente abre la puerta, allí descansan Vicky, Fiona y Kathrinna plácidamente en sus camas. Las ventanas están abarrotadas por el miedo que Charlie tenia de los cultistas, de hecho al ver de cerca la manija se nota por el polvo que no ha sido tocada en un largo tiempo.

- ¿Pasa algo? – dice Kathrinna que se levanta al verlo allí. Por un momento había olvidado que ella realmente no dormía.
- Me pareció ver alguien sospechoso en las afueras, pero no era nada, no te preocupes.
- ¿Quieres que te ayude a revisar?
- ¿Tienes tu abrigo?
- ¿Mi abrigo?... si, está por allá.

Egios lo toca con su mano, está muy frío pero no es como si el resto de cosas a su alrededor estuvieran muy cálidas, la noche es bastante fría. ¿Pero si no era Kathrinna, quien podría ser? ¿Alguien los seguía desde que andaban con Yovun? ¿O fue solo una coincidencia? Su abrigo es rojo también, pero en su recuerdo y la poca luz del callejón no podría definir si es el mismo que vió, aun así, no es un color común en estos lugares ¿cómo hizo para entrar? ¿Qué hacía ella esa noche en las cuevas? Kathrinna se levanta y se acerca a Egios.

- Mañana tenemos un viaje muy peligroso, deberías estar durmiendo... pero... si no lo haces, es porque algo te preocupa.

Egios no dice palabra, sólo mira hacia el suelo tratando de organizar sus pensamientos.

- Ven, hablemos, pero no aquí, no quiero despertar a las chicas.
- Vale.

Caminan hasta el corredor y Kathrinna se posa sobre la única ventana junto a las escaleras que van a dar a la sala.

- Alguien vino esta noche a visitarte, ¿verdad?
- ¿Por qué lo dices?
- Escuché susurros, como si hablaras en sueños.
- Pude ser sólo yo.
- Nunca hablas cuando estás dormido, lo sé... hemos pasado muchas noches juntos. Xelos me dijo que los cultistas usan magia muy similar a las brujas y ellas suelen entrar en las pesadillas de las personas para debilitar su mente.

Egios se asusta un poco al escuchar las palabras de Kathrinna, los vampiros son como los animales, pueden sentir el miedo y las emociones de otra persona muy fácilmente, a pesar de que ellos mismos no puedan sentirlas.

- ¿Quién fue?... ¿Jeon? – pregunta Ella.
- Estabas en... ¿el callejón?... ¿estuviste ahí?
- ¿Cuál callejón?
- Afuera... hace un rato, te vi... o a alguien muy similar a ti.
- ¿En el callejón?... ¿y qué hacía?
- No lo sé, dímelo tú.
- Como voy a saber de algo que no sé. ¿Egios que pasa contigo? Tu mente está muy dispersa, que fue lo que te dijo Jeon.
- Los secuestrados... los usan de carnada porque están atrayendo a los Vacíos de las ruinas de Genohav, van a soltarlos en los pueblos sino les entrego la caja.

Kathrinna lo mira muy detenidamente, sus ojos casi que empiezan a brillar con ese color carmesí que los caracteriza.

- ¿Es eso cierto?... ¿me dices la verdad Egios?
- Me... me lo dijo Jeon... en mi sueño, no sé si fue real... se sintió muy real, y si tú lo sentiste también...
- ¿Cuántos son?
- No tengo idea, fue todo lo que me dijo.
- Llevar la caja a las ruinas de Genohav, ni siquiera sé dónde queda eso.
- ¡No! ¡No!... debo llevarla a la roca... a donde viajaremos, las ruinas... son otra cosa.
- ¿Otra cosa?... ¿un momento, porqué te iba a decir que reúne a los Vacíos en las ruinas?
- No me lo dijo.
- Entonces cómo lo sabes.
- Mi amigo Ardulan, me escribió, dijo que una expedición se topó con ellos hace algunos meses.
- ¿Te dijo algo más?... ¿cuántos eran o algo?
- No mucho, sólo fue una referencia... pero me advirtió que los cultistas son mucho más fuertes de lo que creemos y que las ruinas están llenas de estas criaturas.
- ¿Tú qué opinas Xelos? – dice Kathrinna al tiempo que el mago aparece el fondo del pasillo como si estuviera fundido con la sombra.
- Perdonen la intromisión, pero la conversación estaba... muy interesante.
- Sí, debí imaginarlo – dice Egios.
- Las ruinas de Genohav, una antigua fortaleza construida sobre un acantilado en el río Leoraim, a un par de horas de la roca de Fgorivul, pocos se aventuran allí porque es difícil acceder y porque está lleno de Ghouls y otras criaturas de la oscuridad... por supuesto... utilizan la vida de las aguas subterráneas que se filtran desde el río para sus hechizos, así es más difícil detectar los rastros de magia oscura.
- Los vacíos son débiles a la luz – dice Kathrinna – mientras consigamos crear una luz intensa estaremos protegidos.
- Sí, pero tenemos a los cultistas... ya he pedido ayuda a Manketh, pero tuve en cuenta la posibilidad de estas criaturas.
- ¿Avisaste a Manketh? – pregunta Egios con sorpresa.
- Tu caja está segura si es lo que te preocupa – le dice el Elfo – Las sombras pueden luchar en igualdad de condiciones en la oscuridad, son más fuertes que los vacíos y las tenemos a nuestro favor.
- ¿Cómo sabes que ellos no tienen un maestro de sombras también? – pregunta Egios
- Estarían armando un ejército de sombras... no de Vacíos, por lo cual tenemos la ventaja.
- ¿Estás sugiriendo que llevemos a Fiona al campo de batalla? – le pregunta Kathrinna.
- Funcionó muy bien la última vez, ¿o no?
- Fue un último recurso.
- Si lo que Egios dice es verdad, entonces no podremos traer un Mago Sombrío a tiempo. Sabes lo escasos que son. La decisión está tomada, ella será quizás la más protegida de todos, así que asegúrate que haga bien su trabajo.

El Destino de los Guardianes - KathrinnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora