Capítulo Ocho

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~*~

Tocó su herido y le ardió un poco, se sentía húmeda. El frío estaba empeorando cada vez más, y la capa de nieve estaba engrosando.

-Ten.- Hunter le pasó su camisa a Jessica.

Ella miró la camisa y luego a él; -¿No tienes frío?

-Soy Especie, mi temperatura es mayor que la tuya.- Se acercó a la entrada de la cueva mirando el bosque.

Jessica sin perder tiempo se colocó la camisa, aún estaba caliente.

Habían intentado seguir la marcha; según Hunter, el Homeland estaba a tres horas, pero empezó a nevar. Hunter sabía que Jessica estaba débil, no quería arriesgar su salud; buscaron una cueva y ahora estaba ahí.

–¿Crees que nos estarán buscando?- Hunter no miró.- Me refiero a Tim y su equipo.

Hunter se volteó.

-Supongo, pero tenemos que llegar al Homeland cuanto antes. No puedo arriesgarte.- Se arrodilló y le tocó la mejilla.

Su ceño se frunció y mostró sus colmillos.

-Estás fría.- Jessica se alejó un poco; su toque estaba caliente.

-Es normal, está nevando.- Juntó sus piernas y las metió en la camisa de Hunter.

-Necesitas calor, y yo tengo de sobra.- Hunter le sonrió.

-Mantén tus manos para tí.- Jessica negó, no era el momento.

-Tus necesidades están primero, hazte en el rincón y espérame.- Jessica lo miró.- Hazlo ya.

El tono de mando que sonó en su voz, ella no lo discutió, porque si él quería la podía obligar.

Se paró, cojeando un poco, y camino hasta el fondo de la cueva. No tenía zapatos, pensó en decirle a Hunter que prendiera fuego, aunque no lo expresó en voz alta ya que le pareció absurda después; podían atraer animales o, en el peor de los casos, a los hombres que los perseguían.

Hunter se paró en la entrada de la cueva, atento a cualquier movimiento. Estaba desesperado, necesitaba poner a salvo a su mujer pero sacarla con la nieve y el frío la podía afectar, y él no se perdonaria por eso y menos si se llegara a enfermar.

Observó una última vez el bosque, estaba en una colina y podían ver el resto del bosque pero no quería estar mucho tiempo ahí. Se dió la vuelta y vió a Jessica acostaba, echa un ovillo tiritando. Su corazón se comprimió al verla así.

Caminó hasta ella, se acostó a su lado colocando su espalda hacia la entrada de la cueva. La atrajo hasta él y chocó su espalda hasta el pecho de ella; la abrazó por la cintura y extendió su brazo para que ella lo utilizará de almohada.

-Esperaremos aquí hasta que deje de nevar- Aspiro el aroma de su mujer. -, conservaremos el calor y trataremos de dormir.

-Creo que deberíamos irnos. No está nevando tanto y si estamos cerca, como tú lo has dicho, llegaremos rápido al Homeland.- Sintió como Hunter la apretó más contra él.

-No- Dió un gruñido bajo.-, estás muy fría y necesitas conservar calor. No puedo exponerte a que te enfermes más, no me lo perdonaria.

La palabras de Hunter calaron en Jessica, él realmente la apreciaba.

-Mejor duerme, estaré atento a cualquier amenaza.- Le susurró haciéndole costillas en la oreja.

Jessica sonrió y cerró los ojos; su pierna no había dejado de doler y necesitaba analgésicos así que decidió dormir para ver si se calmaba su dolor. El cansancio estaba cobrando factura y le fue fácil consiliar el sueño. Hunter estaba caliente y actuaba con una almohada para ella.



Hunter. Nuevas Especies #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora