Capítulo Dieciséis

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Hunter miraba el suelo del helicóptero mientras se preguntaba porqué todo se había ido a la mierda.

—Jessica sólo quería despejar su mente, y luego regresaría al Homeland para tener los niños. —Kylie habló—. Ella te iba a decir en cuanto volviera.

Hunter calló.

Todos se preguntaban porque Hunter actuaba tan callado y pacífico en esa situación. Varias especies al recibir tal información habían actuado muy mal, cegados por la rabia y el desespero. Hunter sentía todo eso y mucho más, pero no lo expresaba. En los tantos años que había estado prisionero de Mercile aprendió a ocultar todo sentimiento que se mostrara como debilidad, pero Jessica era su punto débil.

—Yo sólo quiero rescatarla y así ella quiera o no quiera, me quedaré a su lado cuidándola. —Fue lo único que dijo Hunter en todo el viaje.

Una bocanadas de aire bastaron para que canalizara la rabia para el momento más adecuado, cuando tuviera a los responsables del secuestro al frente y les pudiera torcer el cuello.


~*~

Jessica estaba despierta en una habitación, sentada en una silla y amarrada.

Se había despertado completamente sola en la habitación. Su primer pensamiento fueron sus hijos. Y, sabía que todo se había ido a la mierda, porque se suponía que nadie tenía que saber que las especies podían tener hijos; y justamente ella ahora era un claro ejemplo de eso.

Pasaron por lo menos dos horas hasta que la puerta se abrió, apareció un hombre al que Jessica inmediatamente reconoció, era Tom Murphy, un antiguo compañero del hospital donde trabajó antes de mudarse al Homeland.

—¡Tom, Tom! ¡Ayúdame! ¡No sé dónde estoy ni quién me tiene aquí! ¡Me secuestraron, ayúdame a escapar!

El hombre se acercó a Jessica dejando la distancia de dos metros y la miró sin decir nada. 

—¿¡Tom!? ¿Tom? Ayúdame. —Jessica miró para todos lados, sólo estaban los dos—. ¿Qué estás haciendo aquí?

—Te daré una pista. Yo no estoy amarrado. —Le sonrió.

Jessica lo miró con horror. Él la había secuestrado.

—Quiero que me respondas una pregunta, y si me mientes, no me importara que seas un bella y delicada mujer. —dijo mientras se paseaba de un lado a otro—. ¿Estás embarazada de una Especie o de un humano?

Jessica se trató de encogerse en su puesto. Nadie podía saber que estaba embarazada y mucho menos que era de una Especie, así que sin apartar la mirada de él y tratando de fingir una valentía que no tenia, le respondió.

—Claro que es de un humano. Por Dios, todo el mundo sabe que las Especie no pueden tener hijos.—Jessica trato de sonar obvia—. ¿Dónde estabas cuando se supo que eso era imposible? ¿En una cueva? Eres un imbécil. Como si eso fuera posible. Créeme, si eso pudiera pasar ya seria noticia mundial.

Él se agachó y quedó cara a cara con ella.—Entonces eso significa que estabas de zorra con alguno de los hombres que hay en el Homeland.

Ella no esperaba que él hiciera esa conjetura pero era mejor darle la razón.

—No estaba de zorra como con las que tú acostumbras a estar. Yo me voy a casar con él. Se llama Trey Roberts y es militar en el Homeland.—Sólo esperaba que Tom no comprobara la información.

—Bueno, es tiempo que Trey Roberts se convierta en un héroe por su futura esposa e hijo. —dijo mientras salia de la habitación.

Maldito bastardo, maldijo, creo que sólo empeoré las cosas, pero por lo menos se creyó lo de mis bebés.

Hunter. Nuevas Especies #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora