Capítulo 5

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La taberna a la que el grupo de Los Tres Guerreros, Sif y Thor frecuentaban estaba a rebosar de guerreros y mozas que buscaban pasar un buen rato.

Loki se encontraba sentado en un rincón de la mesa que siempre solían usar, observando con desagrado  como Hogun y Volstagg le metían la lengua hasta la faringe a dos doncellas que tenían en sus regazos cada uno.

Al otro lado de la mesa se encontraban Thor y Sif conversando, o eso quería pensar el dios de las mentiras, ya que no quería ahondar más en el tema de por qué las manos de la doncella guerrera habían desaparecido bajo la mesa mientras el dios del trueno le regalaba una sonrisa sucia.

- Te veo incómodo - Fandral llamo su atención y coloco un tarro  frente a él.

- Igual que siempre, gracias pero, no bebo.

- Lo sé, solo es un poco de cerveza sin alcohol con limón, se que te gusta bien fría.

Loki sonrió encantado.

- Gracias, estaba a punto de lanzarle por la cabeza a Thor el tarro con cerveza que me puso en frente.

- Lo sé, por eso pedí esto especialmente para ti.

Loki dio un sorbo a su bebida sin despegar los ojos del rubio frente a él, no lo iba a negar, ese guerrero le gustaba y mucho. Pero no podía tomarlo en serio ya que era igual o incluso peor que Thor.

Varias veces lo pescó mirándolo más de la cuenta cuando terminaban de entrenar o cuando se bañaban en el río cuando eran más jóvenes. Pero sobre todo siempre fue muy atento con él, dándole lo que quería cuando el lo pedía. Muchas veces estuvo tentado a entregarse a ese guerrero de cabello alborotado y de ojos bonitos, sin ningún compromiso claro, pero Thor siempre estaba pegado a ellos dos como una garrapata, o mandaba lejos al guerrero.

- Gracias por la bebida nuevamente, no quiero quitarte tu tiempo, debes tener un par de doncellas esperándote. - Comentó dejando su tarro a un lado.

- Probablemente, pero nada es más importante que tu.
Loki le regaló una sonrisa torcida y coqueta.

- Embustero.

- De hecho, ese es tu segundo nombre- Fandral le sonrió de vuelta con una de sus sonrisas depredadoras- ¿como has estado?

- Que te puedo decir, cometí injurias graves contra cinco de los nueve mundos, la Orden Oscura me persigue y por si fuera poco, Odín me mando a Midgar como sirviente bajo la vigilancia del príncipe de oro, no podía estar mejor.

Fandral rio fuerte y le acaricio el rostro.

- Me refería aquí - toco el medio de su pecho con la palma de su mano - no quisiera que tu esencia se perdiera.

- Por eso no te preocupes, sigo siendo la misma víbora de siempre.

Loki cogió la mano del rubio y la llevó de vuelta a su rostro, pudo ver como las pupilas del rubio se dilataban en excitación.

- Tu piel está fría y quema a la vez.

- Si no lo aguantas, puedes soltarme.

- No te soltaría nunca, es más, quisiera hacer más que solo tocar tu rostro. - Se acercó poco a poco.

- Nadie te lo está impidiendo.

Entonces, Fandral llevó su mano hasta la nuca del ojiverde, enterrando sus dedos en esa melena larga y negra atrayéndolo hasta su rostro. En un acto de osadía, el rubio recorrió un camino en su cuello con su nariz, quemándose la piel en el proceso, pero valía la pena porque el Dios de las mentiras y las travesuras olía maravillosamente.

El guerrero siguió recorriendo el cuello del pelinegro hasta llegar a su mandíbula, la cual acaricio con sus labios rojos. Loki suspiraba, realmente se sentía bien los labios de Frandral sobre su piel, su bigote le provocaba cosquillas, pero eran placenteras.

Siempre sintió curiosidad por saber que se sentía al ser tocado así, en lo más hondo de su alma soñó con que Thor le haría sentir este cosquilleo en su piel, que era él quien lo iniciaría en los placeres de la carne.

Pero había perdido toda esperanza, no amaba a Frandral pero le gustaba, sabía que sería gentil y que era un amante generoso, lo había visto de primera mano.

- Tu piel es ardiente - susurró a milímetros de sus labios- déjame quemarme, quiero quemarme dentro de ti.

Loki gimió y Frandral se lanzó a besarlo.

-¡PERO QUE RAYOS!

- ¡POR ODÍN!

El tan esperado beso nunca llegó, en su lugar, alguien los había bañado con agua helada.

- Perdone su majestad, guerrero, no fue mi intención – Se disculpo una nevera, quien, al parecer había tropezado mientras llevaba una cubeta con agua.

- No se preocupe, la ayudo - Frandral ayudo a la muchacha a levantarse.

- Gracias, ¿podría ayudarme a traer más agua por favor?

Preguntó esta inocentemente, el guerrero miró directamente a Loki, quien simplemente asintió mientras sacudía las manos tratando de secarlas.

- Por supuesto, volveré pronto mi príncipe, ni se te ocurra moverte- Frandral le dio un beso rápido en la mejilla y salió con la muchacha, llevándose con él la cubeta.

- Nos vamos - Thor se apareció de la nada a su lado muy borracho.

- Vete tú, yo esperaré a Frandral.

- Vamos Loki, estoy muy borracho, padre va a matarnos si nos ve así, además tu estas mojado.

Loki soltó un suspiro y se levantó, Thor pasó un brazo por encima de sus hombros y ambos salieron del establecimiento. Por suerte el palacio estaba cerca, en el corto trayecto ninguno dijo nada, hasta que a Thor le dio la lora en cuanto subieron las escaleras de la entrada.

- ¿Que estabas haciendo con Frandral? - preguntó el dios del trueno arrastrando las palabras.

- Nada que sea de tu incumbencia.

- Ahí es cuando te equivocas, todo lo que me pertenece es de mi incumbencia.

- El que está equivocado eres tú, yo no te pertenezco, me confundes con otro ser.

- Todo tu me perteneces, y si otra vez te dejas tocar de esa manera, ese ser recibirá más que una cubeta con agua fría.

- ¡Entonces fuiste tú!

Loki lo soltó indignado, era tal y como lo supuso.

- ¡Si, nadie tiene derecho a tocarte más que yo!

- ¿Es que te volviste loco? ¿Tu si puedes tomar a cuanto ser con agujeros se te presente y dejarte manosear por quien te plazca y yo no?

- Más o menos, sí - soltó el dios tambaleándose.

- Eres un asco, metete esto bien en la cabeza- Loki lo empujó contra la puerta de su habitación- estos numeritos ve y móntaselos a Jane Foster, ¡¿me entiendes?! Yo. No. Te. Pertenezco. Y no es de tu incumbencia quien me toque o con quien me acueste, es más, en este mismo momento me regreso a la taberna a buscar a Frandral.

Loki giro sobre sus talones, pero Thor fue más rápido y lo agarro del brazo para meterlo en su habitación, de pronto lo vio muy lucido.

- ¿Tan desesperado estas por ser cogido? ¡¿Eh?! ¿Tan desesperado estas por ser la puta de turno de Fandral?

Loki le propinó un puñetazo que lo hizo retroceder, luego giró rápidamente sobre si mismo para lanzarle una patada en la cabeza, pero Thor agarro su pierna y la giro en sentido contrario, haciendo que pierda el equilibrio y cayendo de golpe al suelo de espaldas.

Thor se sacó rápidamente la camisa por la cabeza y se poso sobre su hermano, pero este le tenía una sorpresa. Loki llegó a coger una se sus dagas que escondía en sus botas y la empuñó contra la garganta de Thor.

- Vamos futuro rey de Asgard, acércate y déjame bañarme en tu sangre.

- Si ese es el precio por probar tus labios, lo pagaré.

Loki abrió los ojos sorprendido, más no aflojó su agarre, Thor poco a poco fue bajando, haciendo fuerza con los músculos de su cuello, gotas de sangre resbalaban por la daga hasta manchar la mano izquierda, pecho y cuello de Loki.

- Fin del camino.

Thor lo besó y lo dejó sin respiración, sus labios se movían majestuosamente sobre los del pelinegro. Era mucho mejor de lo que se imagino alguna vez, ese beso tan apasionado lo estaba haciendo arder de pies a cabeza, temía que en cualquier momento estalle en una combustión espontánea.

El dios del trueno no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, pero Loki llamaba algo primitivo arraigado en lo más hondo de su ser y esta noche salió a la luz cuando vio a Fandral tocarlo. Estuvo realmente a punto de matarlo por haber sido tan osado.

¡Quería hacerlo suyo, ya!.

El dios del trueno se separo lo suficiente de Loki y aprovechando que estaba medio aturdido, le quitó la daga de la mano ensangrentada y la tiro a un lado, sin importarle mucho que estuviera sangrando, rompió de arriba a abajo la camisa de su hermano, maravillándose con su blanco pecho, sus runas brillantes que parecían tatuajes, resaltaba en su piel de alabastro, aquella que se moría por tocar junto a sus pezones rosados.

Por los dioses, se moría por probar esos pequeños botones rosados, se acercó a uno de ellos y sopló, viendo  maravillado como reaccionaba al contacto de su aliento, mientras que con un dedo seguía las formas de una de sus runas en su pectoral.

Loki cerró los ojos esperando por un contacto que nunca llegó, en su lugar, escucho un sonido sordo a su costado, su tonto hermano mayor se había quedado dormido.

¡Maldita sea!

Dueño de mi CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora