Capítulo 5: Conociendo al Sombrerero, a la liebre de Marzo y al Ratón.

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Disclameir: Hetalia y todos sus personajes no me pertenecen, son de Hidekaz Himaruya

Disfruten la historia

Ludwig estaba aterrado, seguir al conejo por el espeso bosque no había sido una buena idea, y más si perdía su rastro, pero su suerte cambio cuando escucho unas voces llenas de alegría, las siguió y cuando salió del bosque, vio como estaba una mesa llena de teteras y tazas, y un gran pastel en el centro.
-Feliz no cumpleaños a ti, a mi- gritaban y Ludwig se acercó.
-Hola- mencionó tímidamente, y un joven de cejas gruesas y un sombrero de copa que tenía el precio del mismo lo miro.
-Tenemos un invitado- grito y otro joven con orejas de liebre lo miro.
-Se une a la fiesta- gritaba alegre y lleno de júbilo, reía y cantaba, mientras colocaba una taza en una tabla, colocó al pequeño humano con orejas de ratón que parecía dormido, en la taza y golpeando el lado contrario de la tabla, este salió disparado, la liebre seguía riendo mientras el ratón lloraba al haberse estampado en un árbol.
-Te presentó, Soy Arthur Mad Hatter, y el que no para de reír es Alfred de Marzo y el ratón que cayó al fondo, es Matthew Mouse- señaló en tono gentil y educado.
-Soy Ludwig, un placer- contestó y miró alrededor- han visto al....-
-Celebra con nosotros el feliz no cumpleaños- interrumpió el ratón y Ludwig suspiro
-¿Feliz no cumpleaños?- preguntó sentándose en la mesa
-Así es, cada día celebramos el feliz no cumpleaños- mencionó el ratón con voz perezosa, mientras la liebre seguía riendo y vertiendo café en la taza donde el ratón estaba.
-Yo no sé celebrarlo- francamente contesto, y luego el Sombrerero lo miro expectante.
-Es imposible, ¿Acaso cumples años todos los días?- riendo exclamó el Sombrerero.
-No, pero no le veo la importancia de festejar los días que no es mi cumpleaños- mencionó Ludwig mientras veía como la liebre seguía riendo.
-Pastel- grito la liebre y el Sombrerero río.
-Sabes, aquí se celebra por que no se sabe qué día dejarás de existir- dijo el ratón disfrutando de su café, entonces Ludwig lo miro extrañado.
-Pero, festejar algo con ese pensamiento es triste, deberían decir que lo festejan porque sigues con tu ser querido- comentó Ludwig y el Sombrerero se rio.
-¿Cuál es la diferencia?-
-Bueno, que en una, esperas tú final y en el otro sabes que estas vivo otro día- exclamó bajando la mirada pero vio a la liebre bailar con el ratón y sonrió.
-Vamos, celebrando aún poco con nosotros- dijo el Sombrerero sirviendo una taza de té, y todos levantaron su taza y empezaron a cantar.
-Feliz no cumpleaños a ti a mi- cantaban con júbilo y luego la liebre partió el pastel y se lo entregó a Ludwig, este iba a comer pero recordó las palabras de su tutor "Jamás ingieras dulces que te de un Sombrerero, puede hacerte pequeña e inmóvil" sin embargo eso no le importó y comió, al segundo estaba disminuyendo su tamaño hasta quedar como el ratón, el Sombrerero lo encerró en una tetera.
-Te quedarás con nosotros, siempre - mencionó en tono bajo el Sombrerero, y Ludwig empezó a golpear la tetera.
-Sácame, déjame salir- gritaba con fuerza, y golpeaba la tetera.
-Sombrerero- la voz del conejo provocó que Ludwig gritara más alto- te dije que la reina los quiere ver a todos- regaño el conejo.
-Ahí pero ahora estamos celebrando, no ves - recalcó el Sombrerero manteniendo la tapa de la tetera firmemente.
-Bien, tengo tiempo, sírvame ese té que llevas ahí- sentándose el conejo y Arthur torció la boca.
-Alfred, sírvele té....- la liebre estaba a punto de servirle cuando el conejo negó con la cabeza.
-Yo quiero del que llevas en la tetera- recalcó el conejo colocándose sus lentes, y mirando la tetera.
-Ahh, está bien, vámonos- exclamó enojado Arthur, y dejó la tetera y colocó una roca arriba de ella, y el conejo y el Sombrerero se fueron corriendo.
-Sáquenme- grito Ludwig, y se abrió la tapadera mostrar los ojos de los gemelos quienes lo sacaron de ahí.
-Ayúdenme, tengo que volver a mi tamaño- sollozando miró a los gemelos.
-Bien, Tin tiene el dulce que te hace grande y yo tengo el que te hace pequeño-dijo Ton mostrando el dulce.
-Debes tener cuidado, si te equivocas, te harás más pequeño y desaparecerás- mencionó Tin, Ludwig lo pensó y tomó el dulce de Ton y lo comió, en ese momento todo se hizo pequeño y noto que se había hecho enorme.
-Ahhh puedo ver el castillo de la reina- menciona entusiasmado, y empezó a caminar.
-Llévanos- gritó Tin y Ludwig los metió a una bolsa de su delantal y camino hacia el castillo.
Mientras una liebre dejó de reír, y junto a un ratón corrieron a avisarle a un gato pervertido, pues todas las piezas estaban listas y pronto el ataque  empezaría.

Espero les guste, lamento la mala redacción y la ortografía

Créditos de imagen a su respectivo autor

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Germancest [Prusia/Alemania](Gilbert Beilschmidt // Ludwig Beilschmidt)

Ludwig en el país de las maravillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora