Soobin y Jungwoo iban paseando tranquilamente por las calles de Seoul, ambos con el chupachups en los labios. La mirada de Soobin de vez en cuando se dirigía al bonito perfil de él chico, sobre todo se paraba en sus labios aquellos que casi siempre estaban decorados por el palo del dulce. Cualquier persona podía descifrar que Soobin no se resistía a ver a aquel chico con un chupachups entre sus labios...
—Y esta es mi casa —dijo Soobin mientras señalaba hacia la casa donde residía junto a su madre—. Otro día te enseñaré la de mi padre.
El chico mostró una cara de confusión al escuchar a Soobin eso.
—¡Oh!¿No lo sabías? —Jungwoo negó—. Bueno, mis padres están divorciados.
—Ah...Yo... —dijo Jungwoo nervioso—¡No sé qué decir! —con una leve risa intento esconder su incomodidad al hablar de el tema familia.
—No hace falta que digas nada —Soobin lo reconfortó dándole suaves caricias en el brazo—¡Es algo normal!
Pasaron unos minutos así dónde ambos se miraban a los ojos con una ligera sonrisa y el único contacto eran las suaves caricias que Soobin le regalaba a Jungwoo, se podía notar que día a día, los dos estaban más cómodos con la presencia del otro.
—Deberías entrar —dijo Jungwoo rompiendo el silencio.
—¿Debería? —Soobin no quería dejar a su amigo solo y menos sabiendo que algo rondaba por su cabeza— Jungwoo no quiero obligarte a qué me cuentes nada de lo que te haya sucedido, pero solo quiero que sepas que estoy aquí para cualquier cosa.
—¿Hasta para una llamada en medio de la noche? —dijo con gracia el pelinegro recalcando lo mucho que la chica disfrutaba de sus horas de sueño.
—¡Como si tenemos que vernos en medio de un parque a las cinco de mañana y tenemos que llorar a moco tendido! —acto seguido de decirle eso abrió la puerta de su casa—. No tienes que sufrir solo Jungwoo —le dijo a modo de despedida abrazándolo rápidamente para luego meterse en su casa.
Una vez dentro de su casa Soobin, fue a tirar el chupachups o mejor dicho el palo de este. Su boca aún estaba bañada de ese delicioso sabor frutal...
¡Mmmm...! ·pera·
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