Al centro comercial (10)

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CAPITULO 10

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Narra Sheila

Aquellos tacones debían ser mios. Sin avisar a Carlos ni a Clara, que parecían sumidos en su conversación, me metí en la tienda y cogí los tacones. Me senté en un sillón de esos que ponían esparcidos por las tiendas de calzados y me los enfundé. Eran unos tacones de cuña de esparto con tela negra adornados con un pequeño lazo de la misma tela. En la parte de los dedos había un pequeño agujero por el que se entreveía el dedo gordo.

Caminé un poco por la tienda para ver cómo me estaban y si eran cómodos. Me encantaban, me estaban muy bien y tenían que ser mios. Me los quité y le di la vuelta a uno de ellos para ver el precio.

-¡La madre! -Al instante me tapé la boca.-

-¿Necesita ayuda señorita? -Escuché la voz de un hombre a mi espalda.-

-No gracias, solo estaba... -cuando me giré vi a mi primo-, ah, ¿ya has terminado de hablar con Clara? -Pregunté indignada.-

-Me encanta cuando te pones celosa -me dijo al oido-.

Me estremecí, pero enseguida recuperé la cordura.

-¿Celosa? ¿Por qué?

-No, por nada -dijo sonriendo sarcástico-.

Yo volví la vista de nuevo a los tacones. Me encantaban. Parecía que me llamaban.

-Cóbreme esto por favor -escuché a mi primo de fondo-.

Yo seguía mirando los tacones. Seguramente él se habría comprado unas chanclas, que me había dicho que le hacían falta ya que las que tenía del año pasado le estaban pequeñas. Y yo continuaba mirando los tacones.

Reí para mis adentros; seguramente la gente que estaba pasando por mi lado me miraba raro. Noté una mano en el hombro.

-Son bonitos -era una voz dulce y clara, como el nombre de la dueña-.

-Clara, ¿para qué has venido? -No pude evitar preguntárselo.-

Ella sonrió como si supiera que en algún momento de la tarde le iba a formular esa misma pregunta y se sentó a mi lado en el sillón.

-Me invitó tu primo -dime algo que no sepa- para que ayudarle a elegir un regalo -eso es nuevo-.

-¿Quién cumple?

-No puedo decírtelo, según me ha dicho se supone que tú no deberías saber lo de la fiesta y al parecer no quiere que te enteres.

-¿Tan mal le caigo al anfitrión? -Bromeé, la primera vez que le hablaba a ella como si no me ardieran los ojos cada vez que la veo.-

-No creo, tú no caes mal a mucha gente -sonrió-, y espero que sepas que yo no estoy entre ellos. Me gustaría que nos llevaramos bien Sheila -bajó la voz, para que nuestra conversación fuera más íntima-. Carlos y yo sólo somos amigos. No creo que sea necesario aclarlo, dado que sois primos, pero una vez me pasó que una chica intentaba liarse con mi hermano y me puse roja de furia. Supongo que será por el cariño que se le tiene a la persona en cuestión. Asi que quería que lo supieras -me tendió la mano-, ¿de cero? -Sonrió sincera.-

Le tomé la mano y tiré de ella para abrazarla.

-De cero -dije sonriendo en su hombro-.

Entonces volvió Carlos y carraspeó para avisarnos de su llegada.

-¿Nos vamos, princesitas?

-Claro -reímos Clara y yo-.

* * * * *

Continué dando vueltas por el centro comercial agarrada al brazo de Clara mientras me hablaba de sus desastrosos ligues. Que si un príncipe azul que le salió rana, que si un Don Juan viciado al anime, otro que parecía buen crío pero era una calculadora andante, y más desastres naturales que habían causado estragos en su vida amorosa, por eso decidió cambiarse de acera según me dijo.

-Entonces, ¿cuándo te diste cuenta de que te gustaban las chicas?

-Cuando empecé a jugar a los bomberos con el pene -sacó su cabeza entre las nuestras-.

-Dios, Carlos, ¡qué asco!

-Me dice a mi soLerdo -le dijo en broma Clara-.

-Ah va.

-¿Y bien? -Insistí.-

-Pues, a los 13, cuando corté con el chico más guapo de la escuela porque no me molaba. Mis amigas me decían que no comprendían por qué lo había dejado, y entoces me di cuenta que cuando las miraba a ellas se me encendía el marco de puntuación.

-¿Eso qué es lo que es? -Dijo Carlos con una mueca.-

-El marco de puntuación -expliqué-, es cuando ves a alguien y piensas que puntuación le darías. A mi se me enciende con los tios, a Clara con las tías y a ti... no sé, lo tuyo aún esta por ver.

Clara rió y yo sonreí al ver que le había gustado mi chiste.

-Ja ja ja, está hoy graciosa la niña.

-Ay Carlos, déjala.

Sí, definitivamente, Clara me había empezado a caer bien.

-Clara, voy a comprar una cosa, ahora vuelvo.

-Va, nos vemos en la salida.

-Ok, no os perdais.

-¿Nosotras? Si nos sabemos esto como la palma de mi mano -chisté-.

-Anda tira peque.

Me acerqué a él y le di un abrazo, el me dio un beso cerca de la comisura de los labios y se giró para irse. Yo me sonrojé y fui con Clara a la puerta de salida.

-*¿Por qué me tiene que molar mi primo?*

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¿Qué os ha parecido el cap? :))

Se agradecen votos y comentarios, acepto todo tipo de críticas, pero prefiero las constructivas:)

Besos, Wolfie <3

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