Life moments | Bungou Stray Dogs | [Soukoku week]

2. Shade

Todas las personas cargamos con demonios y sombras que nos pueden seguir por el resto de nuestras vidas. Puede que nos atormenten de manera moderada o en ocasiones, y por las noches, no dejarnos conciliar el sueño.

Dazai también cargaba con los suyos.

Las marcas que alguna vez se hizo tanto en trabajos como él mismo lo delataban. Delataban cada cosa imperfecta en su persona. Cada una de ellas estaba ahí para hacerle recordar sus errores o intentos de suicidio, que para su desgracia quedaron en eso, en intentos. Al final todas aquellas cicatrices, que ahora eran finas marcas, cubrían su piel.

Lo detestaba.

Y aquella noche en particular no le dejaban en paz.

Daba vueltas en la cama tratando de ignorarlas, también de no pegarle al pelirrojo que se encontraba plácidamente dormido, y cabe decir que agradecía que esta vez no estuviera roncando como solía hacerlo.

No podía dejar de pensar, tampoco dejaba de mirar las vendas de sus brazos. Las odiaba tanto...

— ¿Por qué te mueves tanto?— la voz de Chûya sonaba adormilada.

—Tengo calor— respondió volteando a verle, quito la cobija de encima para hacer creíble su respuesta.

—Con tantas vendas quien no, pero enserio ¿Qué tienes?— repitió, sabía que Dazai no le diría tan fácil la verdad, el tiempo se lo había enseñado.

El detective observo como el pelirrojo le observaba, en la noche los ojos azules de este solían ser más llamativos que a la luz del sol, realmente esperaba que le respondiera.

—Solo no puedo dormir... es todo— no necesitaba decir más, y tampoco es que quisiera decir más.