El lagarto de la Magdalena

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En una cueva junto a la fuente de la Magdalena apareció un lagarto de grandes dimensiones (Gran Sierpe o Dragón), que atemorizaba a la gente y (dependiendo de la versión) se comía a quien iba a por agua o a las ovejas de los alrededores. Los vecinos de la Magdalena, asustados, no se atrevían a salir al manantial, por lo que buscaron una solución al problema del lagarto.

En este punto, la leyenda se diversifica, habiendo tres versiones distintas de la muerte del :

El preso y los panes[]

Un preso condenado a muerte solicitó su libertad a cambio de matar al lagarto. Tal era la desesperación de los vecinos que se le concedió la oportunidad de intentarlo. Para ello, solicitó un caballo, un costal de panes calientes y un saco con polvora. Por la noche, el preso se presentó junto a la cueva y fue dejando una hilera de panes. El animal se despertó y se los fue comiendo tras el preso, que continuaba lanzando panes mientras huía a caballo. Al llegar a la plaza de , en lugar de un pan le lanzó el saco de pólvora, que el animal devoró del mismo modo y, acto seguido, explotó.

El pastor y sus ovejas

Un pastor , harto de que el lagarto se comiera a sus ovejas , ideó una treta para acabar con el lagarto. Tomó a una de sus ovejas y la mató, sacándole parte de la carne y rellenando el pellejo yesca con encendida. El reptil, al oler el cordero ensangrentado, lo engulló y murió al abrasarle la yesca las entrañas.

El caballero y los espejos[]

Los vecinos fueron a pedir ayuda a un guerrero, que se atavió para la ocasión con una armadura  hecha de espejos. Al acercarse al animal, el sol reflejado en los cristales cegó al lagarto. El caballero aprovechó ese momento para atravesar al monstruo  con su espada .

«La sangre del lagarto»[]

«La sangre del lagarto» es un brebaje que se prepara en la ciudad el Día Oficial del Lagarto de la Magdalena. Se prepara calentando sin hervir vino tinto con tres clavos, canela en rama, azúcar, cáscara de limón o naranja y anís. Se puede tomar frío o caliente. Durante su preparación se recita el «conjuro del lagarto».​

Conjuro:

Sal Dragón ventrudo, de fogoso hocico,
sal de tu cueva y danza como ser maldito.
Volcán de Jabalcuz escucha este duelo,
erupta tu fuego lanzándolo al vuelo,
Duendes y fantasmas venid a la sangre,
escupid el odio sin hacer vinagre.
Viento de Jaén, afila silbidos,
suenen al oído como alaridos.
Pastor, caballero, preso o guerrero,
lanza tus panes, prepara el cordero.
Enciende la yesca, trágate la pena,
¡Que reviente el Lagarto de la Magdalena!

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