Todomatsu seguía.
Todomatsu seguía informándose por vía internet acerca de métodos para perder peso. Sólo ojeaba, mientras tomaba un desayuno muy ligero y sonreía a su pantalla. Estaba algo más relajado, debido a que sabía que conseguiría su objetivo. No era una persona fácil de vencer, y menos si tenía un objetivo fijo.
Y al punto de vista de sus hermanos, no era extraño que el menor de los seis se preocupara por su físico de aquella manera. Le conocían, y sabían que su aspecto era algo importante para él para causar una buena impresión en la gente y poder encajar. Y aunque les parecía algo hipócrita por su parte, no les molestaba esa actitud especialmente. La toleraban, y la apoyaban aunque fuese en silencio.
Y en el fondo, querer mejorar el estado físico no debería ser un problema. Nadie lo vería como uno, sino como algo totalmente habitual entre la sociedad, ya sea por salud o por conformidad propia. Y Todomatsu creía que así sería en su caso también.
Nadie pensaría en malas consecuencias.
–Todomatsu, ¿qué es lo que tanto miras? –preguntó el tercero, sentándose a la silla que se situaba a su lado, tratando de preocuparse por el rosa. El chico despegó la vista de su teléfono y le dedicó una mirada curiosa al mayor.
–No sabía que eras un cotilla, Choromatsu nii-san. -esbozó una sonrisa traviesa que hizo que el verde sintiese algo de vergüenza, frunciendo el ceño para mostrar ésta, y carraspeando su garganta para ignorar aquello. Totty soltó una risita divertida ante el comportamiento del tan supuesto responsable del tercero.
–Llevas desde ayer pegado a tu móvil. -sentenció el chico mayor, observando algo preocupado al menor. El sexto solía pasar mucho tiempo con su teléfono, pero desde esa tarde parecía demasiado inmerso en aquel mundo del que nadie sabía nada.
–Bueno, tampoco es que tenga mejor que hacer. -especuló el rosado, devolviendo su mirada al dispositivo que sostenía en sus manos, rodando los ojos y tratando de ignorar a su tan insistente hermano mayor. El de verde observó a su hermano con ironía por sus palabras.
–¿Qué tal buscar trabajo? -cuestionó, recordándole la situación de los seis adultos desempleados y mantenidos por sus padres, más cerca de los treinta que de los veinte, que eran. Todomatsu volvió a mirarle, alzando las cejas con inquisición ante aquella burlesca e irónica acción que acababa de realizar su hermano.
–No gracias, ya me arruinasteis uno. -dijo, recordándole el revuelo que causaron en la cafetería donde trabajaba en secreto, justo para evitar ese tipo de situación. El mayor volvió a tratar de disimular su vergüenza, ya que sabía que tenía toda la razón.
–Bueno, eso no voy a discutirlo... –dijo en un pesado suspiro, rindiéndose acerca del tema. –¿Puedo preguntar que te pasó ayer? –preguntó, recordando el tema principal por el que se había acercado a su hermano menor.
–Que no tenía hambre. –dijo, encogiéndose de hombros, restándole importancia al asunto. Pero no era ahí a donde Choromatsu quería llegar.
–¿Por eso estabas enfadado con Karamatsu nii-san? –preguntó, y el rosado abrió los ojos con sorpresa al oír como formulaba aquella pretenciosa y comprometedora pregunta.
–Estoy enfadado con él porqué es un idiota doloroso. –respondió, con cierto desprecio y un tono despectivo al hablar de su hermano mayor. Choromatsu no podía negar que Karamatsu le pareciera doloroso, pero en aquel contexto no había hecho ningún daño.
–Sólo trató de ayudar. Y yo ahora también, así que si pasa algo puedes decírmelo. –se limitó a ofrecerse como apoyo, sonando comprensivo y regalándole una suave sonrisa que pocas veces podía apreciarse en su rostro.
–No te preocupes, Choromatsu nii-san. –dijo, devolviéndole la sonrisa amablemente por su tan servicial y comprensiva acción.
-Está bien. Pero no dudes en pedirme ayuda, si algo te preocupa. –volvió a recordarle, y el menor se limitó a asentir con la cabeza sin dejar de sonreír. Todomatsu observó como el mayor salía de la habitación lentamente, hasta esperar a que saliese por la puerta para poder suspirar. Se dejó caer con cuidado sobre el suelo y dejando otro suspiro miró su teléfono, alzándolo.
¿Quieres adelgazar? ¡Aquí tienes un método rápido, eficaz, y sencillo!
Leyó aquel gran y llamativo artículo entre los de interés que había guardado para mirar después. Tenía lo que él buscaba, y se preguntaba si sería realmente eficaz tal y como decía el anuncio. Suspiró y clicó con cierta curiosidad, esperando que fuese lo que buscaba.
Esperando un resultado rápido.
[...]
Todomatsu caminaba a solas.
Caminaba con la única compañía de sus pensamientos, sin ninguno de sus hermanos merodeando a su alrededor como de costumbre. Con sus manos en sus bolsillos y una expresión molesta en su rostro ya que, cuando había encontrado un artículo interesante, su móvil se había apagado a causa de la falta de batería en este. Y para finalizar y alimentar más su molestia, su madre había tenido la idea de recomendarle un paseo para desconectar un poco de tanta tecnología.
Suspiró con mucha molestia, debido a que realmente creyó que había encontrado la solución a su problema. Todo a su alrededor se veía diferente. Miró a aquellas esbeltas chicas con una sonrisa en su rostro mientras conversaban. Unas con pareja, otras con amigos. Pero todas sonreían. Se fijó en aquellos delgados chicos que no parecían nada fuera de lo común. Recordó a su hermano.
Has engordado, ¿no crees?
Apretó los dientes con furia. ¿Por qué su hermano podía verse tan apuesto si tenían el mismo ADN? ¿Cómo era posible si él iba al gimnasio para cuidarse? ¿Acaso no era suficiente?
Era de lo más molesto para él sentirse inferior a uno de sus hermanos. Era impensable. Imposible. Se suponía que él era el mejor de los seis. El más popular, inteligente y lindo de los hermanos Matsuno. Y aquel tan seguro Matsuno, empezaba a dudar de él mismo.
Volvió a levantar la vista y sintió como si todas las miradas, de un momento a otro, se dirigieran a él. Como si hubiera voces juzgándolo detrás de él. Su corazón se aceleró y su mente empezó a dar vueltas sobre aquello. Empezó a respirar más agitado. Con algo de paranoia, miró a su alrededor y pudo comprobar como todo era un producto de su imaginación.
Su mente le había jugado una mala pasada.
[...]
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Pretty. | Todomatsu.
FanfictionTodomatsu es lindo. Todos lo creen, y él cree que es lo mejor. Qué todos deberían ver lo lindo que es, apreciar su tan aclamada perfección. "-Últimamente has engordado un poco, ¿no crees?" Porqué lo es, ¿no? 💮De la serie de fanfics de Osomatsu-san...