Shi.

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–Totty, ¿estás bien? –la voz de la dulce chica llegó a sus oídos para despertarle de sus pensamientos. Observó el rostro de la chica con el cabello recogido y se fijó en la preocupación que había en su expresión.

–Claro, estoy perfectamente.  –aseguró, con una sonrisa tierna de aquellas que dedicaba especialmente a las chicas. Pero su amiga no parecía convencida.

–Se te ve algo ido, como sumido en tus pensamientos. –insistió, molestando al menor de los Matsuno. La otra chica también parecía interesada en saber que le pasaba, por lo cual asintió apoyando a Sacchi.

–Estoy bien Sacchi, no te preocupes. –aseguró sin borrar su gesto amable, siendo su oportunidad para cambiar de tema. –¿De qué hablabais?

–Hablábamos de una cita grupal. Podrías invitar a alguno de tus seis hermanos o algún amigo. –habló su otra amiga, Aida, quien le había dado a entender que estaba más que invitado a la cita. Aquello captó la atención total del chico, pues sonaba bien para intentar distraerse un poco.

–Suena bien, lo comentaré. –amplió su sonrisa en un gesto alegre, pues realmente le agradaba la idea. Aunque debía pensar en qué hermano llevar a la cita. Quizás Atsushi no era tan horrible como opción...

–Quizás al tal Karamatsu que vimos. –habló de nuevo la chica de cabello rizado, con una sonrisa. Todomatsu reaccionó algo alterado al comentario de su amiga, pues no podía ser que le recordaran tan bien.

–Lo suelo ver en el puente. No entiendo lo que hace, pero se le ve concentrado. –comentó algo divertida Sachiko, haciendo que el de rosa sintiese un dolor en el pecho que se negó a creer que fuesen celos. Quiso creer que era más que eso, que era ira.

–Se lo comentaré... –no le quedaba opción que mentir, pues no tenía intención de llevarle especialmente a él.

–¡Genial! Será el viernes de esta semana. –exclamó Aida, con una suave sonrisa que se contagió en la chica de cabello recogido.

–¡Mira la hora! Debo irme, ya hablaremos luego. –se levantó del asiento con una sonrisa incomoda dibujada en sus labios.

–¡Envíanos un mensaje y podremos decirte la hora! –dijo la chica de cabello rizado, entusiasmada con la idea, despidiéndose con la mano del chico rosado.

Todomatsu salió de la cafetería tras despedirse de sus amigas, suspirando con cierta molestia y sin poder creerse que realmente quisieran que su segundo hermano mayor asistiera a la cita grupal. ¿Por qué les había parecido tan atractivo? Eran literalmente iguales.

En circunstancias normales, ni tan sólo se hubiese cuestionado aquello, ya que se consideraba el más atractivo de los seis hermanos Matsuno.

Sin embargo, tras aquellas semanas donde realmente empezaba a dudar de todo lo relacionado con su físico. En especial, su peso. Era algo que se había vuelto crucial en su vida, pues sin saber como, un simple comentario había afectado a todo. Pero no quería pensar en aquello mientras caminaba por la calle.

Durante el resto del camino trató de canalizar esa energía negativa en música que resonaba animada en sus oídos, pero que habían perdido el alegre significado que tenían.

–¡Totty, has vuelto! –exclamó el quinto hermano, sonriendo a su hermano menor con mucha alegría tras verlo volver a casa.

–Hola, Jyushimatsu nii-san.

–¡Ichimatsu nii-san y yo íbamos a jugar a béisbol! ¿Te animas? –cuestionó, esperando una respuesta afirmativa por parte del rosado, que parecía estar en un aprieto. Si era sincero, le encantaba pasar tiempo con sus hermanos, pero no se encontraba cómodo con la idea. Si empezaba a sentirse mal, notarían que algo le preocupaba. Y lo detestaba.

Pretty. | Todomatsu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora