Toda mi vida soñé con el día, el momento en el que recibieras lo que mereces y siempre me decepcionaba pero ahora... Asesinas, torturas y lo llamas piedad. El universo te ha juzgado: rogaste por un premio y te dijo que no. ¡Fracasaste! ¿Y sabes por qué? Porque tú no amas nada, a nadie.