-La primera regla del vampirismo es alimentarse- anuncia Samuel, quien mueve las manos a hablar y se muerde el labio inferior-. Así evitarás herir a personas inocentes, consegurás calmar ese hambre voraz que sientes y llegarás a sentirte mejor.
-No sé si voy a poder beber sangre- admito, haciendo un gesto de repulsión.
-Lo harás si quieres sobrevivir.
-Sé que parece una cosa horrible- interviene Ashley, acercándose a mí-, pero con el tiempo terminas acostumbrándote al sabor metálico y cálido de la sangre.
-No sé si quiero seguir escuchando esta conversación- manifiesta Abby, quien señala con su dedo índice el interior de su boca, mostrando repulsión-. ¿Y si probamos a darle directamente bolsas de plasma del hospital?
Sam niega con la cabeza un par de veces.
-Eso acelerá sus ansias a probar la sangre humana.
-Todos los vampiros terminan haciéndolo. Hay ocasiones en las que la influencia que tiene la sed se sangre en nosotros es tan fuerte que no podemos controlarlo y simplemente nos dejamos llevar- explica la chica rubia, rememorando su pasado-.Yo ataqué a Caleb sin ser apenas consciente de ello, me dejé guiar por el impulso que surgió en mí.
Abby le dedica una leve sonrisa y deposita su mano sobre el hombro de la vampira.
-Todos tenemos que superar obstáculos a lo largo de nuestra vida sobenatural- admite Abby-. Gritar tan fuerte constantemente me está dejando la garganta hecha polvo.
-Eres como el personaje del cuadro de "El grito"- bromea Samuel, ganándose una sonrisa forzada de la chica, continuada de un golpecito en el hombro.
-Pues tú no te pareces en nada a Edward de Crepúsculo.
Cambio el rumbo de mi mirar hacia un ciervo que acaba de hacer uso de presencia en el bosque con el objetivo de alimentarse. Ladeo mi cabeza hacia un lado y miro al animal con ojos brillantes, dejándome embriagar por el aroma a tierra húmeda que impregna varias partes del pelaje de su cuerpo, así como el bombeo de su sangre al entrar en contacto con la pared de sus arterias. Puedo sentir como un fuerte ardor nace en mi estómago y asciende por mi esófago, arrasando con todo. Unos terribles pensamientos relacionados con la degustación de la sangre del animal se apoderan de mi mente y me invitan a llevarlos a la realidad.
-Ariana, acércate lentamente a él e inmovilízalo con tus brazos, y luego muerde levemente su cuello y bebe de su sangre- informa Samuel.
Camino lentamente hacia el animal, cuidando no hacer ningún tipo de ruido que pueda espantarle, observando con las pupilas dilatadas y unas líneas oscuras apoderándose de las áreas cercanas a mis ojos. Entreabro los labios para dejar paso a la aparición de unos colmillos afilados e imponentes que crecen a gran velocidad. Cuando estoy lo suficientemente cerca del animal me veo reflejada en sus enormes pupilas negras durante unos breves segundos, el tiempo necesario para que el ciervo llegue a la conclusión de que se encuentra ante una posible amenaza. Hace ademán de alejarse de mi posición cuando me aferro a su cuerpo con mis manos, inmovilizándolo. Aproximo mis colmillos a su cuello y le muerdo, sintiendo al instante como su piel se desgarra y un mar de sangre penetra en mi boca. En un principio siento como el sabor a metálico no me agrada, del mismo modo que la temperatura a la que se halla el plasma me revuelve el estómago, pero pasados unos segundos noto como el hambre se calma levemente y mis papilas gustativas se acostumbran a ese nuevo alimento. De forma que continúo bebiendo de su arteria, dejándome llevar por la inesperada satisfacción que se apodera de mi persona. Es como si me sintiera más viva que nunca.
Abandono el cuerpo inerte del animal junto al suelo e instintivamente me pongo en búsqueda de un alimento lo más ideal posible, dando con unos pequeños animalitos que corren apresuradamente de un lado a otro del bosque con el objetivo de ocultarse en sus hogares antes de ser atacados. Sin embargo, al ser más rápido que ellos, consigo atraparlos en apenas segundos. De nuevo vuelvo a alimentarme. Puedo sentir como la sangre impregna mis labios y parte de mi barbilla. Cada vez estoy más enérgica y más saciada. Voy depositando los cadáveres de los animales a mis espaldas hasta apartar de mi vista a cada uno de ellos. Pronto siento una plenitud abdominal que me lleva a alzar la vista y mirar a mis amigos, quienes no saben cómo reaccionar. Me pongo en pie y con ayuda de mi dedo pulgar limpio la sangre que vive en mis boca para luego conducirla a mis labios con el fin de saborearla.
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Cazadores Nocturnos 6: Renacer
FantasyCon la llegada de un nuevo amanecer Ariana Greenberg renace de sus propias cenizas como un ave Fénix, aunque desconoce en qué circunstancias. La inesperada muerte de Elián Vladimir va a desecandenar un gran dolor en ella que va a llevarla a renunci...