La pelinegra se despertó sobresaltada y se separó de Goku con extremo cuidado de no despertarlo. Sigilosamente, tomó su teléfono, lo preparó y cuando él se removió, ella levantó la sábana y lo fotografío antes de que pudiera reaccionar.
–Ahora estamos iguales – comentó ella con una pícara sonrisa con la que quiso disimular el dolor que sentía.
Goku parpadeó y sus labios se alargaron en una sensual sonrisa.
–De haberme avisado, habría posado mejor –bromeó.–La borraré cuando tu borres la mía comentó ella.
–No pienso borrarla –declaró él, riendo–. De hecho, la copié en mi laptop. Queda muy bien en tamaño grande.
–Eres un pervertido –gruñó ella con una mueca.
–Y tú una ingenua. ¿Crees que me importa que tengas mi foto desnudo?
–Ya veo que no – habló ella, recordándose con quién estaba.
–Miau –Goku se acercó hacia ella a cuatro patas, imitando a un gato al acecho–. ¿Por qué no hacemos una película? Ven, eres la protagonista.
Milk tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para mantenerse firme.
–Eres un pervertido –repitió.
–Vuelve a la cama –pidió él quedándose de rodillas.
–Tengo que ir a trabajar –le recordó ella, consciente de que si se quedaba cedería a la tentación.
–Estás bromeando –riñó él. Cuando Milk negó con la cabeza, añadió–:
Llama y di que estás enferma.–Se acabó, Goku. Ya no tiene misterio, ahora ya sé qué se siente ahora tú puedes volver a tus tres mujeres a la semana y yo a mis estudios.
Por una fracción de segundo se preguntó qué iba a decir él. Este desvió la mirada, y solo la volvió hacia ella cuando dominó sus emociones. Con gesto indiferente se tumbó en la cama y apoyó la cabeza en el brazo. Parecía un dios griego, y Milk recordó que había dicho que no había nada como empezar el día con sexo. Cerró los ojos y trató de ahuyentar la tentación y las imágenes que la acosaban. Tenía que ir a trabajar, y antes debía ir a cambiarse a su casa. Empezó a vestirse.
–Si quieres, te puedo dejar ropa.
No, eso implicaría volver a verlo para devolvérsela, y ella no podía permitírselo. Ya le iba a costar un esfuerzo sobrehumano olvidar el maravilloso amante que era.
–No creo que me sirviera, pero gracias de todas formas –habló, volteándose de espaldas para que él no viera que se ruborizaba.
Después de aquel día no habría ninguna razón para que siguieran viéndose. Ella volvería al trabajo y el estudio, y él a salvar a niños y salir por la noche. Habían pasado la noche juntos, eso era todo y no se repetiría.
***
Cuatro días más tarde, ella estaba exhausta, pero gracias a dos cafés y un bollo aguantó las dos primeras horas de su turno en el café. Había accedido a hacer un doble turno, y luego iría directamente al bar. Tenía que ocupar cada minuto, porque en cuanto estaba sola y en silencio, su mente vagaba donde no debía. Si el sexo no era más que una experiencia de liberación física, ¿por qué tenía tal fijación con Goku?
Roshi la miró cuando llegó al bar, y a pesar de que se había retrasado, se limitó a sonreír.
–Tenemos una fiesta privada en la sala VIP esta noche –anunció.
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Todo Por Un Biquini (GoChi) [Completa]
Fiksi Penggemar¿Qué harías si por error le mandas una foto en bikini al hermano de tu mejor amiga?