-Estás aprendiendo- dijo mientras pasaba las páginas de mi diario. -Pero aún eres solo una aprendiz. Te he estado seduciendo, ahora te toca seducirme a mí.
-¿Cómo?- Siempre había sido él quien decía, siempre quien me provocaba, nunca a la inversa.
-Levántate- ordenó y lo hice nerviosa. -Bien, recórrete el cuerpo con las manos. Vas a desnudarte para mí- dijo y apretó un botón y sonó una música sensual.
Me sonrojé , pero me pasé las manos por los costados, me desabroché la blusa y dejé que resbalase por mis hombros.
-Muy bien- dijo y dejé caer la blusa.
Mi confianza crecía. Me dispuse a bajarme la falda pero él me detuvo con la mirada. -Despacio- susurró.
Con tacto aparté la blusa y me levanté la falda para mostrarle mis ligas. Él dejó caer un suspiro y yo me volví hacia él, provocándolo con la mirada. -Ahora- dijo y yo tiré suavemente de la falda.
Me quedé delante de él, vestida solo con los tacones y la ropa interior que él me había comprado, y de repente me siento poderosa. Empecé a bajarme las bragas por las caderas y él se abalanzó sobre mí.
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Sí, Señor.
Short Story-Quiero aprender. Con esas inocentes palabras, la misteriosa narradora nos invita a adentrarnos con ella en su excitante diario que recoge las escenas de los juegos más sexuales que ha protagonizado en el transcurso de cincuenta noches. Atrévete a...