-Vamos al cine- Me dijo por teléfono.
¿Una peli? ¿Eso era todo? Me sentí decepcionada, como una adolescente ante la persperctiva de una cita aburrida, pero accedí.
Me revolví incómoda en la butaca durante los créditos de apertura de una comedia romántica convencional. ¿Aquello le gustaba? Observé su perfil en la oscuridad, se volvió hacia mí sonriendo, luego, me arrancó de mi asiento y me llevó a la salida.
-Así que tú también te aburrías- Bromeé, me empujó contra la pared del callejón.
-Yo nunca me aburro cuando estoy imaginando lo que voy a hacer contigo.
Sentí los ladrillos, calientes aquella noche de verano, en mi espalda desnuda gracias a la blusa que llevaba. Me levantó la falda con una mano y enroscó una de mis piernas alrededor de su cintura.
-Tengo una nueva norma para ti, cuando estemos juntos, no uses ropa interior. Quiero poder acceder a ti cuando y donde me plazca.
-Sí señor- Y sonreí con la cabeza hundida en su clavícula. Tiró de mis bragas hasta romperlas y luego me alzó. Cuando me penetró escuché voces en la boca del callejón, risas de mujeres y hombres jóvenes. -Nos van a ver- Suspiré
-Que lo vean- dijo mientras me penetraba -Que lo vean todo.
ESTÁS LEYENDO
Sí, Señor.
Cerita Pendek-Quiero aprender. Con esas inocentes palabras, la misteriosa narradora nos invita a adentrarnos con ella en su excitante diario que recoge las escenas de los juegos más sexuales que ha protagonizado en el transcurso de cincuenta noches. Atrévete a...
