Capitulo 20- Por aquella rosa roja.

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Carolane miro hacia atrás, la noche era mas oscura de lo habitual allá afuera, tenia sus manos dentro de los bolsillos de su jean y miraba a ambos lados frente al ''Bar'', era un gran establecimiento de concreto, tenia luces muy llamativas en el letrero, era lo mas extraño, no tenia nombre aquel bar, solo decía ''Bar'' en sus luces llamativas de variedad de colores, fuera de aquel bar en su entrada habían motores alineados, unos cinco, aquel color gris del que estaba pintado aquel bar se escondía bajo un sucio de antaño, aquel lugar comenzaba a darle miedo.

Carolane camino hacia la entrada, ya no tenia idea de lo que haría, tenia ganas de llamar nuevamente un taxi y largarse de aquel espantoso lugar, pero algo dentro de si le tentaba a quedarse, miro hacia arriba nuevamente observando aquel letrero parecía muy caro, si, eso antes de que parpadeará, dejando aquella entrada sin una sola luz.

Se acerco de una vez por todas a la puerta, respiro profundo, no estaba tan segura de ser tan ruda como para estar en un lugar así sola, ya la habían violado, que mas podría pasarle, por su cabeza pasaba el hecho de ser fuerte, lo era, pero quizás habían cosas peores por las que no había pasado, pero aun así una vez mas no lo pensó, movió su cabeza a un lado y empujo la puerta.

La musica  retumbaba en aquel lugar era increíble como no la había escuchado, no había visto el sitio por dentro pues la puerta era de metal o algo parecido, un tipo de poca estatura y cabello rubio la ayudo a abrir la pesada puerta.

Las luces verdes y amarillas neón cubrían todo el lugar repleto de hombres y mujeres vestidas con poca ropa, Al ver  Carolane los que se encontraban al frente sentados en la barra larga de madera, gritaron y pitando de una extraña forma. Carolane no se mostró con miedo ninguno camino hacia el final de la izquierda de la barra, y se sentó en una de las sillas de asiento redondo, coloco sus pies en cada uno de las Barillas de metal, puso los codos sobre la superficie de madera y bajo su cabeza entre sus manos.

A pesar de no estar acostumbrada a tanto ruido y personas hablando alto por causa de ;la musica, se sentía completamente normal, no había miedo en ella, estaba sola eso quería al menos, si, en aquella esquina.

El chico de pelo negro y ojos cafés que se encontraba en la barra camino suavemente hacia ella.

—Olle, no quieres un trago, dudo que seas mayor de edad y por la forma en la que andas vestida, pues... —El chico hablaba resuelto sin notar que Carolane no le ponía la mínima atención.

Carolane seguía con la cabeza hacia abajo, comenzaba a arrepentirse de haber estado allí, no sentía miedo, pero no recordaba sus razones.

—¿Que hace una joven como tu aquí, en este lugar tan feo? — Pregunto el joven de cuerpo flaco.

Carolane respiro cambiando su cara de madures a ruborizarse por completo, sus ojos se aguaron y miro al joven discreta.

—Dame un trago por favor, de los mas fuertes que tengas, necesito aprender esto —Carolane  recostó la sien sobre su puño izquierdo, mirando hacia algún lado de los asientos de las mesas del fondo.

—Señorita le daré un trago, pero no le daré el mas fuerte, no creo que pueda soportarlo,  El viejo Robins es el único que ha logrado beber una botella completa en una noche, luego nadie mas, ni steve, lo ha hecho.

—No me interesa solo deme un trago, es lo que quiero, dicen que hace olvidar, al menos en Canadá siempre lo decían —Carolane hablaba a gritos prácticamente, la musica no la dejaba ser escuchada y ya comenzaba a acostumbrarse al menos, las palabras que dijo, había tenido que bocearlas, aunque no perdía la sensación, de que todos la escuchaban aun estando lejos.

   El joven le paso una copa  llena hasta la mitad con una pequeña sombrillita dentro, alguna decoración, Carolane le pregunto que tan fuerte era, y saco la sombrillita tirándola a un lado de la barra.

Hasta que todo termino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora