Capitulo 6 "¿Me estan jugando una broma?"

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Mi hermano me miro como si jamás me hubiese visto en toda su vida, no lo disimulo nada bien, su mirada se abrió de par en par llena de preocupación tratando de no tirar la bandeja de café y desperdiciar diez pavos en una sentada, estaba enojado y preocupado, eso en conjunto no podía representar una buena combinación. Se me acerco ignorando al médico y dejo los vasos al lado de la mesa de mi cama temporal, —Por dios ¿que te sucedió? Te ves horrible—en ese momento me abrazo tan fuerte que estoy segura presiono como cuarenta cardenales, por lo que me queje, el horrorizado se alejo de mi —perdón—pues si carnal, pero me aplastante todo mi sexy cuerpo.

—¿Puedes tener ma cuidado con la mercancía? Si lo rompes lo pagas.

—Oye, ¿que te paso? ¿Quien te hizo esto? Voy a matar a esos hijos de puta— soltó rabioso mientras se levantaba de mi lado y comenzó a dar vueltas en círculos, respiraba agitadamente y me miro —dime quien te hizo esto, vamos a denunciarlos, no podemos dejar que te hagan esto.

Negué con la cabeza —Ni recuerdo quien lo hizo, ese es el problema, no puedes denunciar a la pared.

—Me interesa un comino lo que puedo o no hacer, soy tu hermano, te guste o no tome lugar de tutor legal cuando nuestros padres dejaron de preocuparse, y no vamos a dejar que esto se quede así.

—Disculpe señor—hablo por fin el doctor Diego, gracias al cielo,—¿usted es el tutor legal?

—Uno de ellos, ¿porque que sucede?

—¿Puedo hablar con usted afuera? —mi hermano asintió y con la cabeza alzada presionando los puños a sus costados salió, mi hermano tenia deficid de padre preocupado, yo deficid de hija abandonada, me parecía un poco injusto que mi hermano fuera a casa a cuidarme porque se que lo haría, pero tenia algo de esperanza que lo que le dijera Diefmgo lo tranquilizara o que le diera un calmante. Cuando se abrió la pirmerta de nuevo Diego se veía mas tranquilo mire a Diego y le di una cálida sonrisa de agradecimiento mientras el mascullo de nada en respuesta.
—Mañana nos vamos a casa, el día de hoy por ordenes del doctor te quedas, y yo te avompalare.

—¿Qué? No, no lo hagas no quiero que lo hagas yo estaré bien, no me pasara nada, tu tienes que irte a casa a descansar.

—No, no tengo que hacerlo, voy a quedarme contigo, puedo dormir en el gran sofá cama a tu lado y eso es lo que voy a hacer.

Rodé los ojos con fastidio —Bien pero no esperes que te de de mi gelatina.

—No esperes que te de, de mi hamburguesa.

—Bien, tu ganas mi gelatina es tuya.

El me sonrió y se sentó a mi lado, Diego se retiro despidiéndose cortesmente de nosotros. Mi hermano saco su teléfono del bolsillo de su pantalón y puso una serie de Netflix.

Estaba ahogándome con el agua entrando a mis pulmones, trataba de luchar por ir a la superficie, pero mi cuerpo se volvía cada vez mas pesado, hasta que una mano entro al agua para ayudarme, subí unos escasos centímetros, pero algo me llevó al fondo del agua, cerré los ojos con fuerza no queria morir, no aun y de pronto los abrí, estaba en tierra otra vez, sujete lo mas que puede de agua con mía pulmones. Me senté un momento no sabía en donde estaba, pero se me hacia tan familiar, era un cuarto enorme con una piscina donde seguramente casi morí, el techo era de lamina, el agua daba luz a todo el lugar, mi cuerpo estaba frío y mojado, pero no tenía frío quería salir de aquí. Corrí por todo el lugar hasta una puerta no dude en abrirla, pero ya sabia donde estaba, la escuela justamente en uno de los corredores principales, volví a correr, no sabia a donde iba ni que hacia, llegue a la puerta de cristal de la entrada y la golpeé fuertemente, —¡Abranme! Quiero salir, ¡por favor!

Algo como ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora