Capítulo 29: David, Papá, Mamá.

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Por fin terminaron las clases; después de la malteada, todo el día tuve dolor de estómago y náuseas, este día fue una completa tortura.

Cuando camino a la salida del campus, puedo ver al auto ya esperándome. Es un bonito Audi A3, pero no tan bonito como quien lo maneja.

De alguna manera, David tuvo el valor de hablar con mi papá y pedirle que le dejara salir conmigo; después de varios días intentado, mi papá aceptó y uno de sus tratos fue que David me llevara a casa después de la escuela. Y es por ello que está aquí, y la verdad, no me molesta.

David es muy guapo, alto, con cuerpo marcado por el ejercicio, y tiene cierta pinta de ser un chico rudo. Solía tener un pequeño arete en su oreja izquierda, pero mi papá le dijo que parecía gay, así que decidió quitárselo. Siempre usa ropa de colores oscuros, pero de vez en cuando me sorprende usando camisas a cuadros o playeras coloridas, que hacen que su espalda y sus brazos resalten más. Ya no es como el día en que lo conocí, ahora conozco al verdadero David, y me encanta.

Después de lo que pasó con la llamada que le hice a Charlie, decidí que era mejor alejarme de él, por lo menos por mi bien. Sí, ya sé, fue demasiado tarde, pero al fin lo hice. Al día siguiente de eso, le llamé a David para contarle, él se sorprendió más que yo, y no me creía, así que él también marcó y la misma voz de ardilla contestó la llamada.

David de portó muy bien conmigo después de eso, me apoyó y dijo que estaría ahí cuando lo necesitara y, sin darnos cuenta, cada vez nos veíamos más seguido y nos agradaba mucho estar juntos, así que decidimos intentar algo. Pero (sí, odio los 'peros'), no quisimos hacerlo algo muy formal, ya que es poco tiempo el que nos conocemos y porque yo era la ¿novia? de su mejor amigo, por eso digo que es complicado. Lo somos todo, pero a la vez, nada.

Y aquí estoy, llegando al lado del chico que me ha vuelto loca desde hace tres meses, el que me hace reír, enojar, sentirme celosa, y todas las emociones posibles en una. Mi David.

D: Hola corazón- dice mientras me abraza y me da un pequeño beso en la frente. Si tan solo supiera lo que me hace sentir ese simple gesto...

_: Hola- logro decir aún pegada a su pecho, huele tan bien.

D: Me gusta que estés chiquita, puedo derte besos en la frente muy fácilmente.

_: Ay sí, y tú muy alto ¿no?- alzo la cara para poder mirarle los ojos.

D: 1.85 de puro poder, mi amor- me guiña un ojo.

Ambos reímos y después él me da un pequeño beso en los labios.

D: Será mejor que nos vayamos-dice mientras arranca el auto- no quiero que tu papá nos regañe como hace una semana. Que por cierto, fue toda tu culpa.

_: ¿DISCUUULPA? Sabes muy bien quién fue el responsable de lo que pasó ese día.

Hace una semana fue la feria de la ciudad, así que David le rogó a mi papá que nos dejara ir y regresar más tarde de lo normal. Después de un laaargo sermón, mi papá nos dejó ir.

Nos la pasamos muy bien toda esa tarde, jugamos, nos subimos a los juegos mecánicos y David logró conseguirme muchísimos regalos que ganaba gracias a su fuerza y destreza.

Ya era casi media noche, así que el ambiente se empezaba a sentir pesado, porque ya había mucha gente ebria y hasta podías oler el alcohol en su cuerpo desde un metro atrás. Por lo tanto, decidimos irnos, pero antes, pasamos al baño y un tipo (borracho, por cierto) se metió al baño de mujeres e intentó manosearme. Sólo recuerdo ver a David golpeándolo salvajemente, mientras yo abrazaba mi enorme oso de peluche que él había ganado en los dardos.

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