El primer final...

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No hable con Andrés toda la semana. Tampoco contestaba los mensajes ni las llamadas. Hasta que el viernes le encontré en el parque. Estaba llorando. Le pregunte que es que estaba bien y me dijo que no se sentía bien. Estaba muy asustado después de lo que paso. Me dijo también que ya no podía más y que se sentía pésimo después de eso. Que ya no se sentía seguro en ningún lugar. Le dije.

-Lo que me quieras decir dímelo ya por favor.

-Está bien, Alejandro...

-Qué pasa?

-Ya no puedo estar contigo, ya no quiero estar contigo, ya no puedo más.

Me quede helado. No podía moverme. Un escalofrio me bajo por la espalda a la velocidad de un rayo. Sentí como las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas. El también rompió en llanto, se paró y se alejó lentamente. Yo me quede petrificado sin poder mover ni un solo dedo. Caí al suelo y empecé a derramar ríos de lágrimas. Sentía como se me desgarraba el corazón y se derrumbaba por dentro. Llore como nunca antes ese día. Me quedé como dice en la canción "y allí me quedé, en una mano el corazón, y en la otra, excusas que ni tú entendías".

Me sentía destrozado, como si me hubieran arrancado el parche que sanaba mi corazón. Sentía que me faltaba algo, que una parte de mí se fue con él. Regrese a mi casa limpiándome las lágrimas para que nadie sospechase. Avisé de mi llegada a mi prima y me encerré a llorar en mi cuarto.

Todo se nublo a mi alrededor. cerré las cortinas y le heche llave a la puerta. me envolví en las cobijas y abraze mi almohada. sentía como toda mi cara se humedecía por las lagrimas. Y todo iba empeorando. Mis dolores articulares volvieron y se hicieron mas intensos de lo que recordaba. No sabia que hacer. no savia si lograría seguir viviendo.

Después de mi tarde depresiva en la cama, busque mi reloj de entre las sabanas para ver la hora y resulta que ya era de noche. Intente levantarme pero no pude. me arrastre hasta el filo de la cama y caí como bola de bolos al suelo. Recuerdo que no me dolió nada. Estaba tan impactado por lo acontecido que, si es que ese día se acababa el mundo, poco nada me iba a importar.

Escuche que me llamaban desde afuera. era mi prima informándome que la cena estaba servida y que baje a comer. Intente gritarle que no bajaría, pero ningún sonido salio de mi boca. Intente e intente pero nada. Me senté en la esquina de mi habitación a meditar sobre la situación, pero no conseguí nada.

Dos chicos que se amanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora