Y voló...

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No nos vimos siquiera en 3 días. No había podido ir al funeral y me ardía no haber podido ser su apoyo emocional en el duelo. Recuerdo haber pasado una tarde llamando a su celular y al teléfono de su casa, pero nada.

Y fue ahí cuando ya preocupado hasta las orejas falte a clases un viernes solo a esperar su llegada y hablarle.

Y ahora que lo pienso, un ¡oh raios! hubiera sido mejor que la cara de espanto que puse al ver llegar su auto seguido de un camión de mudanza.

No quise ponerme escéptico y pensé "bueno, se querrán deshacer de las cosas de su padre". Hubiera usado cada deseo de vela de cumpleaños por estar en lo cierto, pues me equivoqué para mal.

Tras una tarde debatiendo frente a frente sobre la situación, me resigné a aceptarlo. Ya que tras la confesión, quedé algo sordo:

"Ahora que mi papá no está, nos iremos a vivir un tiempo con mi abuela"

Hasta este momento sigo intentando descifrar q a que se refería con "un tiempo", pues corto no fue.

Recuerdo haberle ayudado a empaquetar las ultimas cosas que le quedaban en su habitación, despertando recuerdos a cada minuto.

Esa noche no logre un solo segundo de sueño. Llore mucho.

Ese sábado en la mañana tan solo tuve la mente en blanco tras despedirme unas cinco veces, deseando pronta recuperación y juramentando amor eterno. No pude más después de que él mismo me hiciera prometerle que no lloraría más por él.

No me contuve y al abandonar el parqueadero el camión, salí corriendo detrás como queriendo detenerlo. Hasta que tropecé en un bache de la misma calle y ni siquiera tuve fuerzas para levantarme.

Y ahí acostado en medio de la vía, aun no me podía creer que todo aquello había pasado enserio.

Cuando al fin pude levantarme, me limpie la cara y camine derrotado hasta el parque, tras la casita de madera, y me sente a llorar por un amor que acababa de irse frente a mi sin que nada pudiera hacer.

Llegue a mi casa después de la hora de almuerzo. Mis padres trabajaban y las demás ocupantes del inmueble se hallaban aun durmiendo. Subi a mi cama, me revolví en las cobijas y no volvi a ver la luz del dia sino hasta el lunes por la mañana.

Dos chicos que se amanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora